SACO 2020 – Psicosis en concierto
La Semana del Audiovisual de Oviedo (SACO), que reúne diversas disciplinas artísticas vinculadas con el cine, celebró su 6ª edición del 23 de octubre al 1 de noviembre de 2020 en Oviedo, Asturias, dando cierre a la misma con un cine-concierto especial: la película ‘Psicosis’ con banda sonora de Bernard Herrmann interpretada en directo por la Oviedo Filarmonía dirigida por Anthony Gabriele.
A continuación os dejamos el artículo especial que ha escrito sobre dicho concierto el compositor Pablo Laspra en exclusiva para SoundTrackFest, que además incluye dos entrevistas: una con el director de orquesta Anthony Gabriele y otra con el director del festival SACO, Pablo de María.
Psicosis en concierto - Oviedo Filarmonía y Anthony Gabriele
Como cierre de actividades en la programación de la VI edición de SACO, este año volvíamos a contar con la participación del maestro Anthony Gabriele a los mandos de la orquesta Oviedo Filarmonía. La ocasión no era otra que la de poner música en directo a la película clásica “Psicosis”, de Alfred Hitchcock, compuesta por Bernard Herrmann.
La revisión utilizada es la adaptación a versión “live orchestra” de Christopher Husted, y que el maestro Gabriele hizo encajar como un reloj en los tempi de la película.
Poco podemos decir de este gran clásico: dentro de la sala principal del auditorio “Príncipe Felipe” de Oviedo, con un recinto casi completo dentro de la limitación de aforo reducido (con 2 asientos de separación entre asistentes, y con unas bien gestionadas entradas y salidas escalonadas), la proyección comenzaba el pasado domingo 1 de noviembre a las 19:00h entre aplausos a la orquesta y al brillante director, que salía dando sus habituales muestras de jovialidad al escenario.
Unas breves palabras introductorias a cargo del periodista Arturo Téllez fueron la antesala perfecta para el concierto: ataviado con una peluca a lo Norman Bates, y frente a un maestro Gabriele que simulaba matarle con la batuta en mano, se trasladó al público presente detalles importantes para enmarcar correctamente la película y su ámbito cinematográfico y musical.
De todos es conocida la anécdota de las cuchilladas musicales de Psicosis: Hitchcock no deseaba poner música a la escena de la ducha, pero un bienintencionado (y sabio) Herrmann supo convencerle de hacer una prueba, con unas cuchilladas “musicales” (eso es lo que son realmente todos esos glissandi de cuerdas). El resultado fue soberbio, donde no hay una sola escena en la que el cuchillo toque físicamente la carne, pero la sensación de clavar, cortar, acuchillar… está presente durante toda esa escena. Al final, las cuchilladas musicales se quedaron.
La orquesta, en una formación sólo de cuerdas, estuvo acertadísima en todas las dinámicas y tempi de su interpretación. Gracias a una antigua forma de sincronización basada en un reloj analógico en el atril del maestro Gabriele para marcar los tempos, obtuvo una ajustada sincronización, y un refuerzo de los momentos claves realmente milimetrado.
La OFIL es una muy buena orquesta para cualquier cometido audiovisual, y es que al igual que la OSPA (Orquesta Sinfónica del Principado de Asturias), el hecho de participar en este tipo de eventos hace que se modernicen y actualicen a representaciones no tan clásicas, sino a un mercado audiovisual que está triunfando en todo el mundo. Prueba de ello es que se ha convertido en una de las especialidades del maestro Gabriele, quien ha dirigido en directo la música de Regreso al Futuro, Vértigo, Parque Jurásico, Solo en Casa, o Indiana Jones por poner unos ejemplos de su trayectoria.
Las proyecciones cinematográficas de clásicos con música en directo están de moda, ahora ya en España.
ENTREVISTA CON ANTHONY GABRIELE (director de orquesta)
¿Cómo ha sido el proceso de trabajo con la orquesta? ¿Preparar un repertorio de música con proyección entraña mayor dificultad que un concierto tradicional?
Trabajar con la Oviedo Filarmonía es un gran placer. Naturalmente, en esta ocasión, fue sólo la sección de cuerdas. Siempre disfruto volviendo a una orquesta que he dirigido anteriormente porque me da la oportunidad de construir una relación.
Empiezo estudiando la partitura, como lo haría con una sinfonía, un concierto o una ópera. Luego estudio la película para familiarizarme lo más posible con los personajes y el ambiente de cada escena. Finalmente, estudio la partitura junto con la película, ya que es la única manera de “ensayar” las numerosas claves de código de tiempo que me permiten mantenerla sincronizada.
El primer ensayo es con la orquesta sola, para concentrarse en la música, y no es diferente a cualquier otro ensayo orquestal. Se trata de hacer música y por lo tanto requiere el estudio y la preparación habitual de la partitura. El segundo ensayo es cuando la película y la orquesta se reúnen por primera vez, pero de manera relajada para dar a la orquesta un verdadero sentido de los tiempos y el ritmo dramático de la película.
La principal diferencia con este tipo de actuación es que tengo muy poca libertad para «interpretar» la partitura. Debo comenzar cada entrada musical en el momento preciso y seguir la acción de cerca para asegurarme de que la música se alinea correctamente con la imagen. Dicho esto, el objetivo de hacer un «proyecto de banda sonora en vivo» es explotar la expresión, el matiz y el drama que sólo una actuación de una orquesta en vivo puede ofrecer.
La sincronía de los tempi que vimos en el concierto ha sido perfecta, encajando con una precisión absoluta los temas con la imagen. ¿De qué medios técnicos se ha valido para encajar la música con la escena?
Me rijo por un anticuado reloj analógico en el podio, y luego debo adherirme lo más posible a las marcas del metrónomo en la partitura para asegurar una coincidencia exacta entre los sonidos que se escuchan y las imágenes que se ven. Además de este aspecto «técnico» de la sincronización, estudio la película y utilizo tantos elementos de la película como sea posible para proporcionar un flujo «orgánico» a la forma en que la música funciona en conjunto con la película. Por ejemplo: la retirada de la cortina de la ducha, el encendido de una luz, la apertura o cierre de una puerta, líneas de diálogo importantes, o a veces puede ser tan sutil como la mirada que un personaje da a otro.
Hemos visto un buen trabajo orquestal en las intensidades, dinámicas y, sobre todo, las excelentes interpretaciones de los músicos de la OFIL. ¿Ha sido fácil trabajar con la Oviedo Filarmonía? ¿Qué valores destacaría de esta orquesta?
Como he mencionado anteriormente, trabajar con la Oviedo Filarmonía es un gran placer. La sección de cuerdas de la OFIL está formada por algunos músicos de talla mundial que se entusiasmaron por explorar y redescubrir la partitura «monocromática» para cuerdas de Bernard Herrmann y aprovechar al máximo la gama de expresión, la dinámica y el timbre de la partitura para asegurar una experiencia dramática y visceral para el público.
Oviedo es una ciudad tremendamente cultural, con gran actividad musical. En relación con otras ciudades del mundo donde también se está haciendo mucha música de cine, ¿Cree que a pesar del COVID la cultura sigue siendo imprescindible, o ha pasado a un segundo plano?
La cultura siempre ha sido un aspecto de vital importancia en la vida. Sin embargo, la cultura es más importante ahora que nunca antes. La cultura es lo que une a una comunidad, la cultura es lo que da a los seres humanos una identidad, la cultura es un hilo inextricable en el tejido de la sociedad. La gente necesita la cultura, la gente necesita la música, la gente necesita el arte. La cultura es una de las formas más antiguas de evasión; la cultura, en particular la música, sirve para entretener, iluminar y educar. No podría imaginarme vivir la vida sin este maravilloso don.
Herrmann ha sabido trabajar de forma magistral los temas musicales de la película. ¿Qué es lo más difícil, desde el punto de vista de la dirección de orquesta, de interpretar música para imágenes (bandas sonoras) en directo, conjuntamente con la proyección?
No hay «dificultades» reales per se, sin embargo, hay algunos desafíos.
Como director de orquesta debes ser lo más preciso posible sin ser demasiado rígido o académico. Debes dirigir la partitura de manera que permita que la música respire naturalmente para que se sienta musical, y debes asegurarte de que la música esté siempre conectada con lo que sucede en la pantalla.
Estudiar la película con detenimiento es un aspecto importante de la preparación: comprender la historia, el subtexto, el objetivo del director, los personajes y cómo se relacionan entre sí, y el propósito que estos personajes tienen en la película. Después de todo, estos son los aspectos de la película que han inspirado al compositor a escribir la partitura de una manera particular, por lo que como director debes investigar y redescubrir estos aspectos por ti mismo para poder «acompañar» la película de una manera perspicaz.
Su gran experiencia llevando la dirección de eventos audiovisuales con música en directo ha pasado por varias producciones de conciertos como Vértigo, Psicosis, Regreso al Futuro, En busca del arca perdida… ¿La música de cine atrae nuevos públicos a las salas de conciertos?
Sí, lo hace. El formato de «concierto de cine» ha existido por bastante tiempo y siempre ha atraído a grandes y agradecidas audiencias. A estos eventos asisten los aficionados al cine que no tienen por qué ir a un concierto tradicional en una sala de conciertos. Sin embargo, cuando han experimentado la música en vivo, a veces a escala sinfónica, se interesan más y por lo tanto es más probable que vuelvan a escuchar los conciertos tradicionales. Asimismo, el público que disfruta escuchando las partituras de las películas interpretadas por una orquesta en vivo puede disfrutar de la película como un extra.
Lo maravilloso de estos conciertos es que proporcionan la oportunidad a los espectadores de cine y conciertos de experimentar la música junto con la película que la inspiró.
Usted es también un consagrado director de orquesta en el ámbito lírico, incluyendo la dirección de grandes óperas como La Traviata, La Boheme, La Flauta Mágica… ¿Existe realmente una diferencia tan grande como se nos quiere hacer creer entre la música de películas y la música lírica? ¿No es la música audiovisual una evolución natural de los poemas sinfónicos y los grandes dramas líricos de las óperas?
Para mí, honestamente, no… no hay una gran diferencia entre las bandas sonoras y la música de concierto «estándar«.
La música para películas, ópera y poemas sinfónicos (de tono), está escrita con un claro propósito: apoyar y sostener la narrativa dramática del asunto.
Así, ya sea que se trate de Violetta muriendo en el acto 3 de «La traviata» (Verdi); o Elliott despidiéndose de E.T. (John Williams); o las Phantastische Variationen que representan la vida y los tiempos de Don Quijote (Richard Strauss); todo es música importante para contar historias y debe ser tratada con respeto. Y sí, la música compuesta para el audiovisual es en efecto una evolución o progresión natural de estas otras formas musicales.
La buena música de cine no es sólo un acompañamiento de la imagen en movimiento, es la representación emocional de los personajes; es la representación emocional del voyeur (público); son las maquinaciones psicológicas de los protagonistas; es el comentario del director; es un narrador; es el texto no hablado.
ENTREVISTA CON PABLO DE MARÍA (director del festival SACO)
La cantidad de actividades que se han desarrollado este año en la Semana del Audiovisual Contemporáneo de Oviedo deja entrever que si se puede sostener una programación cultural de calidad en tiempos de COVID. A pesar de todas las limitaciones obvias de la situación actual, ¿Ha sido un reto sacar adelante esta nueva edición, con la calidad a la que estábamos acostumbrados en pasadas ediciones?
Efectivamente este año ha supuesto un enorme reto celebrar SACO. La programación inicial estaba desarrollada para la celebración del evento en abril, pero por la situación de pandemia global se tuvo que desmontar prácticamente toda esa planificación a la espera de encontrar nuevas fechas viables; pensamos que quizás hacia finales de año SACO podría salir adelante, y así ha sido. Pero por desgracia la programación de abril no encajaba en un mes como octubre, debido a diferentes dificultades en las propuestas, disponibilidad de invitados, y actividades incompatibles: en Asturias no es lo mismo trabajar pensando en verano que en invierno.
Se desarrolló una programación totalmente nueva, pensando en todas aquellas cosas que marcaban la seguridad tanto de los artistas como del público asistente: reducción de aforos, posibilidad de no contar con invitados de fuera del territorio de Asturias… Fue difícil adaptarlo. Sin embargo, el resultado fue muy provechoso y con buenos resultados. Tuvimos la ventaja de partir de la celebración durante el verano del ciclo “Cine a la luz de la luna” donde ya regían las medidas anti COVID, y que nos ayudó a tener una idea más cercana de la situación cultural actual.
Desde la organización aprendimos a ser flexibles y empáticos con la situación actual, debido en parte a los cambios continuos en los protocolos durante el proceso de desescalada, y aunque fue difícil llevarlo a cabo, hemos visto que no es para nada incompatible una programación cultural de calidad dentro de las medidas sanitarias actuales.
El apoyo a la cultura actual es uno de los pilares de referencia de su evento. ¿Ha sido también específica la decisión de incluir artistas de cantera asturiana para acompañar la mayoría de los actos de SACO en esta edición? ¿Existe bajo su criterio una buena cantera patria en el ámbito cultural musical asturiano?
Esta premisa es una realidad desde el principio: promover, apoyar, y sacar adelante actividades culturales contando con artistas asturianos, no solo en el ámbito musical sino también en el de las artes escénicas y plásticas. Este año se ha reforzado esa presencia gracias a los cine-conciertos, pasando por el pop experimental de “Losone”, o con el jazz de “César Latorre Trio”, pasando por los excepcionales “Forma Antiqva” con su música barroco-renacentista, y repitiendo una vez más con el sonido clásico de la Orquesta “Oviedo Filarmonía”. Nos gusta tener cerca a los artistas, ya que eso ayuda a desarrollar ideas y actividades en torno a los proyectos por su facilidad de discurso. Lo que hemos visto por ejemplo en la “Fábrica de Armas” de Oviedo son espectáculos únicos, creados específicamente para ese momento, y que quizás nunca vuelvan a suceder por lo creativo de la producción. Esa es la “marca de la casa”: confiar en talentos asturianos que son cercanos, creativos, y con una calidad que está muy por encima de la media.
El apoyo del Ayuntamiento de Oviedo a través de la Fundación Municipal de Cultura es clave para llevar a buen puerto vuestras diferentes actividades programadas. ¿Hay suficiente apoyo de organismos públicos en general para desarrollar sin mayores problemas un evento de estas características, o quizás se podrían destinar más ayudas o subvenciones para el ámbito cultural?
SACO es un proyecto de la Fundación Municipal de Cultura de Oviedo, que ya desde hace 6 ediciones ha tenido un claro y firme apoyo incluso con diferentes corporaciones municipales. Comenzamos siendo una muestra de 10 jornadas de duración, hasta convertirnos en una actividad estable que se desarrolla a lo largo del año: afortunadamente cada vez hay más público en nuestras actividades, y dentro del ámbito cinematográfico creo que nos hemos ubicado como un evento de referencia. En nuestro caso, una actividad como SACO tiene un claro carácter de servicio público, y el apoyo a las programaciones culturales debe estar siempre presente en las gestiones de cualquier entidad pública. Ese apoyo y colaboración de la Fundación Municipal de Cultura es fundamental, y está claramente presente, estando en sintonía común y desde nuestra perspectiva tremendamente agradecidos por ello.
Uno de los actos estrella este año ha vuelto a ser el concierto sinfónico protagonizado por la excelente orquesta Oviedo Filarmonía, bajo la sabia y experta batuta de Anthony Gabriele. ¿Cómo ha sido la experiencia de volver a contar con ambos, tanto con la OFIL como con el maestro Gabriele?
Desde el principio de nuestro evento hemos buscado una colaboración con la OFIL: en Oviedo hay mucha cultura musical, de gran arraigo además, e incluir a esta magnífica orquesta en nuestra programación era una tarea principal. Además, la sinergia entre música y cine es obvia. Gracias a proyectos con música en directo como los que hemos celebrado con “Vértigo”, “El Mago de Oz”, y este año con “Psicosis”, se ve la clara sintonía entre entidades y se generan nuevas ideas y nuevos proyectos musicales, siendo una colaboración con vistas a futuro.
Por otro lado, la excelente batuta del maestro Gabriele ha sido un claro acierto en el manejo tanto de la orquesta como de las situaciones generadas alrededor del concierto. Además de ser excepcional en lo profesional, donde el maestro tiene una calidad y una sensibilidad extremas en el manejo de la música audiovisual, dentro del terreno personal es donde también destaca nuestro maestro, siendo una persona afable, cercana y sobre todo jovial, lo que ayuda en gran medida a desarrollar con mayor facilidad el evento (a pesar de las dificultades lógicas). Es un gran especialista de las bandas sonoras, en concreto sobre la música de Bernard Herrmann, y desde la organización y yo personalmente estamos orgullosos de contar con él como director musical de estos conciertos.
Siguiendo con la pregunta anterior, ¿Cree que Oviedo (o Asturias en general) tienen una base artística considerable, quizás a la altura de grandes capitales culturales europeas? La cantidad de eventos artístico-culturales promovidos en la región nos ponen bastante cerca del ideal europeo de actividades. ¿Qué añadiría en esta programación?
La programación cultural asturiana es notable, y el público lo sabe apreciar. Esperamos que en algún punto las cosas vuelvan a su cauce, y que tras esta devastadora crisis el “tsunami” posterior no se lleve por delante actividades culturales de calidad. Es el momento para trabajar en proyectos, afianzarlos, y ver cómo avanza la situación en los próximos meses. Nadie sabe lo que va a pasar, y quizás antes de crear nuevos proyectos, es preferible afianzar las programaciones que ya existen.
Su labor a los mandos de SACO y los buenos resultados tanto de esta edición como de las pasadas convierten a su evento en un claro referente de actividades que pueden sacarse adelante, a pesar de las limitaciones actuales en el ámbito de la cultura. ¿Tiene previsto incrementar o variar las actividades para ofrecer una oferta más amplia, sin perder la calidad demostrada?
Actualmente ya estamos trabajando en la programación de las actividades de 2021, tanto en RADAR como en SACO así como en “Cine a la luz de la luna”. RADAR debería comenzar a primeros de año y extenderse durante enero, febrero y marzo. SACO volverá en marzo, como viene siendo habitual; pero aunque este es nuestro horizonte de trabajo ideal, nadie sabe cómo acabará siendo nuestra realidad en unos meses. Como comentábamos en otra pregunta, desde la organización estamos acostumbrados a posponer y aplazar eventos basados en esa incertidumbre.
Con nuestros eventos queremos hacer que el público se evada de la situación actual. Habrá de nuevo películas, cortometrajes, cine-conciertos, exposiciones… Quizás podamos incorporar de forma estable nuevos espacios como la “Fábrica de Armas”, que gracias a la muy buena disposición y colaboración del Ministerio de Defensa ha hecho posible la organización de actividades en ese espacio; al igual que las facilidades ofrecidas por el Museo Arqueológico de Asturias, que también han favorecido la incorporación de nuevos espacios para nuestro evento.
Desde SACO estamos muy agradecidos a todos quienes han aportado su granito de arena y han posibilitado poder realizar este año todas nuestras actividades, obteniendo un resultado muy positivo.
Artículo, entrevista y fotos por Pablo Laspra Ferrero
Compositor y director de FilmMusic Live!