Joe Hisaishi – Conciertos en París – 2017
El pasado fin de semana, el viernes 9 y el sábado 10 de junio concretamente, Joe Hisaishi llevó a cabo tres conciertos en París que tenían como base la música de las películas de Hayao Miyazaki, titulados “Joe Hisaishi Symphonic Concert: Music from the Studio Ghibli films of Hayao Miyazaki”
A dichos conciertos acudieron Gori Martínez (viernes 9) y Felipe Múgica (sábado 10), que han colaborado con SoundTrackFest para traeros los siguientes artículos resumen de los mismos, narrando lo que allí se vivió.
VIERNES 9/6/2017 - Por Gori Martínez
Las sensaciones del concierto empezaron nada más salir de Palma en el avión, ya que justo a mi lado se sentaron dos chicos de no más de 20 años, Enrico y Aina, que hablaban del concierto y como no, estuvimos comentando su afición hacia las películas de Miyazaki y la música de Hisaishi.
Esto me indicaba que probablemente el público que acudiría al concierto, sería más un público aficionado a las películas que a la propia música, aunque bien es verdad que son unos auténticos expertos de la música, ya que se saben todos los temas y los años de cada una de las películas.
En el concierto nos encontramos largas colas para poder entrar en la inmensa sala del Palacio de Congresos de París, donde pudimos ver un público totalmente entregado incluso desde antes del inicio del mismo.
La sala estaba totalmente repleta, con unas 3.700 personas en las que ya antes de que empezaran a sonar las primeras notas se apreciaba la tensión.
Había público de todas las edades y nacionalidades y pudimos ver gente de Japón, Alemania, Suecia y muchos otros países, incluido por supuesto España, desde donde fuimos bastantes expresamente para el concierto. Eso sí, había que destacar el público asiático por su gran número.
Primero salieron al escenario los coros, luego la orquesta y por fin el propio Joe Hisaishi que dirigió la velada. El público ya estaba emocionado y nervioso para que empezara el concierto.
El programa de la noche fue el siguiente:
La duración total fue de más de dos horas y media sin descanso, pero a pesar de eso se hizo muy corto. Se interpretaron los temas del programa y fuera del programa, a mitad del concierto, aparecieron varias bandas de música con músicos de todas las edades (desde niños a mayores) en la escalera central y ocupando todos los pasillos. Hisaishi, estaba dirigiendo de cara al público que en ese momento y amenizó al público que fue gratamente sorprendido por este acontecimiento.
Durante la velada dos cantantes femeninas interpretaron varios temas de las películas, y varios solos de piano fueron interpretados por el propio compositor, destacando además un solo de violín que le dio un toque especial al largo concierto.
Desde los primeros temas se podía apreciar la emoción en el público más joven, con algunas personas llorando a “moco tendido”. Al lado mío tenía varias chicas que agarraban fuertemente un peluche de Totoro mientras lloraban desconsoladamente. Desde luego está claro que recordarán este concierto toda su vida.
Aina y Enrico, los chicos de Mallorca, me comentaron a la vuelta en el avión que volverán a acudir a los conciertos que vuelvan a hacer, nos hace ver que este tipo de eventos, aunque a veces puedan parecer un poco multitudinarios, siempre ayudan a difundir el amor por la música de cine y a crear nuevos aficionados.
Al final del concierto hubo una gran ronda de aplausos con la gente en pie, que obligó a Hisaishi a interpretar dos temas adicionales. Nunca había visto tantos aplausos en un concierto ni tanto entusiasmo hacia a un compositor.
Por señalar algunos puntos de mejora, indicar que las imágenes proyectadas en las pantallas sobre la orquesta acompañaron correctamente en todo momento a los temas, aunque los montajes de video no fueron de lo mejor. Tampoco las imágenes que se intercalaban de los músicos tocando eran de gran calidad, por lo que en este aspecto se puede decir que la parte técnica fue un poco deficiente.
Las traducciones de los temas japoneses al francés, tampoco estuvieron demasiado bien. Curiosamente, sólo dieron un ramo de flores para el compositor al final del concierto, quien lo cedió a una de las cantantes, con lo que la otra se quedó sin nada. Un detalle sin importancia, pero curioso.
Como punto positivo del recinto hay que tener en cuenta el fácil acceso al Palacio de Congresos a través del metro, y la posibilidad del merchandising que estaba a disposición del público en el lugar (peluches, discos, etc.).
Como era de esperar, no hubo ninguna posibilidad de interactuar con el compositor, a pesar del elevado precio que se pagó por las entradas.
En resumen, aunque el concierto fue muy bueno, no fue sin embargo tan espectacular como los conciertos del festival de Música de cine de Cracovia (Krakow FMF) o incluso del festival de Tenerife (FIMUCITÉ).
SABADO 10/6/2017 - Por Felipe Múgica
Solo en un país como Francia se puede concebir un concierto como este. Francia, país de gran afición al manga y al anime y enorme devoto del director Hayao Miyazaki y por extensión, de sus bandas sonoras, del igualmente admirado Joe Hisaishi. Solo aquí se pueden hacer tres conciertos dedicados a la música de las películas de Miyazaki, consiguiendo un pleno absoluto de espectadores (en el Palacio de Congreso de París, con capacidad para 3.723 personas) y con precios de las entradas en las reventas a precios astronómicos. Y solo en Francia se puede ver un concierto de Joe Hisaishi en el que, nada más entrar el compositor al escenario, el público entero se ponga en pie a aplaudirle y le dedique una larga ovación sin tan siquiera haber empezado a tocar una nota (lo que se convertiría en tónica durante el espectáculo).
También solo en Francia se puede realizar un concierto de la envergadura de este, en el que no solo teníamos a Hisaishi de director de orquesta, sino que se contaba, además de con esta, con dos coros (uno adulto y otro infantil enteramente femenino), dos cantantes solistas (una soprano y una cantante de tono de voz más agudo) y una banda de música. Todo ello reunido para presentar una selección de la mejor música compuesta por Hisaishi para los films de Miyazaki y convertir el concierto en un evento de esos que sabes que solo se pueden presenciar una vez en la vida.
La representación constó de una selección de suites de cada una de las películas de Miyazaki, desde Nausicaa hasta El viento se levanta. El concierto, una vez concluido, se descubrió que se trataba de una versión, digamos, a menor escala del mítico concierto llevado a cabo en el estadio Budokan de Tokio, por el 25 aniversario del Estudio Ghibli. Por si alguien no ha visto o no conoce este espectacular y masivo concierto, con algunas modificaciones en el repertorio, eso sí, ya que El viento se levanta aún no se había realizado cuando tuvo lugar dicho concierto. Está disponible en Youtube en este enlace: https://www.youtube.com/watch?v=eY1XtWyKlJA
La orquesta estuvo dirigida por el propio Hisaishi de principio a fin, quien, de tanto en tanto se bajaba del estrado para sentarse al piano a tocar y exhibir su talento como excelente pianista que es. La música se acompañaba de proyecciones de escenas de las películas de Ghibli en una gran pantalla en la parte trasera del escenario, que se alternaban con proyecciones en directo bien de los músicos de la orquesta, bien con el propio Hisaishi al mando de la batuta (había varios cámaras repartidos por el escenario y el Palacio encargados de la filmación).
La música dio comienzo con las suites de Nausicaa y La princesa Mononoke, en sus versiones sinfónicas. Para mí, particularmente, estas dos selecciones, con la orquesta, coro y cantantes solistas, hicieron que se me pusieran los pelos de punta en más de una ocasión. En Nausicaa, se contó con la cantante Mai Fujisawa, de tono de voz agudo, para cantar el tema que en la banda sonora original cantaba la propia hija de Hisaishi. Mientras, para La princesa Mononoke fue la soprano Hélène Bernardy (cantando en auténtico japonés) quien dio voz al tema principal de la banda sonora. En los momentos cantados, por cierto, aparecían subtítulos en francés en la pantalla.
El concierto continuó con dos deliciosas suites de Niky, aprendiz de bruja y de El viento se levanta, para la cual se incorporó un intérprete de mandolina, dándole un inequívoco sonido italiano a la selección musical. Lo siguiente en el repertorio fue Ponyo en el acantilado con una espléndida y extensa suite de la que, considero, es una de las mejores composiciones de Hisaishi para Miyazaki. Maravillosa música en la que volvió a aparecer la soprano Hélène Bernardy para dar voz al tema Mother Sea y que se cerró con la deliciosa canción de Ponyo, a cargo del coro, encantadora y pegadiza, y que dejó al público con una sonrisa en la boca.
Esto se puede decir que fue el final de la primera parte. Digo “se puede decir” ya que realmente no hubo descanso, fue un concierto ininterrumpido de dos horas largas, pero fue el momento en que aprovechó la orquesta para desalojar el escenario y tomarse un respiro. A continuación le colocaron a Hisaishi un atril mirando hacia el público. Y cuando estabas preguntándote qué narices era lo que iba a pasar a continuación, llegaba la gran sorpresa de la noche, cuando una interminable banda de música empezó a circular por los pasillos del recinto entre el público y comenzó a tocar la música de El castillo en el cielo. La música (interpretada básicamente por instrumentos de viento y percusiones) ubicada alrededor del público y con el coro infantil cantando al frente producía una alucinante sensación de sentirte rodeado y en mitad de la música. Toda una experiencia y, sin duda, el gran momento del concierto.
Después de esta experiencia, la sala tomó aires de Night Club para interpretar Porco Rosso, ya que únicamente quedaron en el escenario Hisaishi, para tocar el piano y una selección de instrumentos metales, que le dio a la interpretación, entre la instrumentación y el tono melancólico de la música, un aire noir de lo más sugestivo. Otro gran momento.
A continuación vino El castillo ambulante, con su tema principal con aires de vals en algunas de sus variaciones. Tras esto, El viaje de Chihiro, donde Hisaishi volvió a sentarse al piano para tocar su tema principal y donde destacó la versión cantada del corte Reprise, a cargo de Mai Fujisawa, quien volvía a subir al escenario. Para dar cierre al programa, inevitablemente, Mi vecino Totoro, con una recopilación de los mejores momentos de la banda sonora dejando para el final la célebre canción de Totoro a cargo del coro que dejó al público cantando y meneando la cabeza al son de la música.
Terminado el programa oficial del concierto, llegaba la hora de los bises. Afortunadamente, no recordaba qué bises tocó Hisaishi en el concierto de Budokan ya que fueron exactamente los mismos: Madness, un movido tema de Porco Rosso (que sirvió de excusa para que el compositor volviera a sentarse al piano) y el hermoso tema Ashitaka and San de La princesa Mononoke; que fueron un excelente broche final para el concierto.
Hay que reconocerle a Hisaishi el gran esfuerzo realizado en estos tres eventos: dos horas completas de concierto, sin descanso (a diferencia de la orquesta que sí pudo salir un tiempo a descansar), dirigiendo la orquesta y tocando el piano; y eso que el concierto que presencié era el segundo del día. Un gran espectáculo, en todos los sentidos: por la selección musical extraordinaria, por la impecable interpretación sin fallo alguno a cargo de la Orquesta y Coro Lamoureux; del coro de niñas, de las vocalistas y del propio Hisaishi. Y con un público volcado aplaudiendo a rabiar y ovacionando en pie una y otra vez. Un evento único e irrepetible que había estar ahí para vivirlo.
Como anécdota final, comentar que se mostró una pantalla en que aparecía un texto escrito por Miyazaki, en japonés y traducido al francés, en que le pedía al compositor que firmase la música de su nueva película.