Concierto Jóhann Jóhannsson en Berlín

El pasado jueves 1 de diciembre de 2016, el compositor islandés Jóhann Jóhannsson (1969), nuevo artista de la Deutsche Gramophon, dio un concierto en Berlín como parte de su tour por Europa a propósito de su nuevo disco “Orphée”.

 

Al concierto acudió el compositor Héctor Marroquin, como espectador, que ha colaborado con SoundTrackFest preparando un breve resumen de la velada que se puede leer a continuación.

 

CONCIERTO JÓHANN JÓHANNSSON - BREVE RESEÑA DE HÉCTOR MARROQUIN

El lugar, la Funkhaus Berlín, no pudo ser más adecuado para el concierto ya que compartía la magia y el misticismo de la música del compositor, tan de moda ahora en la escena del mundo de la música de cine gracias a sus composiciones para “Arrival”, “Sicario”, Prisoners” y “The theory of everything” entre otras.

 

Sin embargo la velada no estuvo dedicada a su música para cine sino a su música de concierto.

 

Jóhann Jóhannsson, que además de músico es artista cinematográfico, preparó un show que fue más allá de lo musical con instalación de luces y sonido, además de los músicos en el escenario: 1 violinista (que cambiaba a arpa a veces), 1 viola, 2 violonchelos (que cambiaban a Glockenspiel y teclados), 2 tecladistas (con sintetizadores además de guitarras y bajos eléctricos) y el propio Jóhann Jóhannsson al piano de cola, sintetizador y magnetófono (Tape Recorder).

 

Con una música soñadora y que parecía volar por encima de toda la audiencia, el compositor pudo ganarse la admiración del público berlinés (en su mayoría gente joven) con sus obras estáticas, música casi a blanco y negro, y basadas en bucles y repeticiones (técnica utilizada de manera similar por el compositor Max Richter), con harmonías inspiradas en Arvo Pärt, la música nórdica/escandinava del último siglo y un magistral uso de los silencios en sus piezas.

 

El concierto, de casi 2 horas de duración nos sumió a todos un mundo surreal, más lento (luchando nota por nota contra nuestro estilo de vida rápido e impaciente), lleno de momentos de reflexión o auto-descubrimiento que llevó al concierto a ser por un momento casi religioso – y eso a pesar de que escuchamos muchas menos notas de las acostumbradas en éste tipo de conciertos.

 

Pero justamente ahí reside el talento del compositor islandés, capaz de crear con pocos sonidos o harmonías toda una banda sonora con inicio, desarrollo, clímax y epílogo, ya sea para alguna película… o para los pensamientos y la fantasía de cada uno de los que sabemos escuchar su música.