Concierto ‘Tributo Canciones Studio Ghibli’ en Málaga – Resumen
El miércoles 22 de mayo tuvo lugar el concierto solidario “Tributo Canciones Ghibli” en la Sala Fundación Unicaja María Cristina de Málaga, a beneficio del proyecto de escolarización de niños y niñas en Nepal de la Fundación Vicente Ferrer.
El concierto oferció un repaso por las mejores bandas sonoras y canciones de Studio Ghibli, comentadas por la experta autora de libros de Studio Ghibli, Marta García Villar, arregladas e interpretadas por ‘Hey Listen! Music Band’, la pianista Magape, las cantantes Nuria Ortega y Marta Diéguez y la Escolanía y Orfeón Preuniversitario de Málaga (éstos últimos pertenecientes a la Fundación Musical de Málaga) (leer más).
Nuestra compañera Reme Díaz estuvo presente en dicho concierto, y nos trae un artículo especial en exclusiva para SoundTrackFest.
La felicidad según Studio Ghibli
Decía Vicente Ferrer: “mi felicidad es la felicidad de los demás”. Y es que en un mundo tan convulso donde gana terreno “el lado oscuro”, es imprescindible fijarse en aquellos que buscan la felicidad y el bien de los demás.
Un ejemplo de ello fue el concierto solidario “Tributo Canciones Studio Ghibli” celebrado el pasado 22 de mayo en la Sala Fundación Unicaja María Cristina de Málaga, a beneficio del proyecto de infancia en Nepal de la Fundación Vicente Ferrer (FVF). Un evento que llenó la sala, con un aforo de casi 370 butacas, de un público entregado, así como de sonrisas y lágrimas (de emoción).
Tras la divertida bienvenida de Sita en un corto video de la FVF, representantes de la misma, acompañados de Shoma, que fue una de esas niñas apadrinadas en su día a las que la Fundación cambió su vida. Reme Díaz, voluntaria de la FVF en Málaga, presentó el concierto apuntando una de las claves de la velada: volver a ser niños a través de la magia de la música de Ghibli y sus canciones. Christian Jongeneel, técnico de la Delegación de la FVF en Andalucía, Extremadura, Ceuta y Melilla, relacionó con acierto el “Castillo en el cielo” que Vicente Ferrer creó hace más de 50 años en Anantapur (India) con el “Castillo ambulante”, en referencia al nuevo rumbo de la FVF en Nepal. Por último, Shoma nos narró su experiencia en primera persona. Fueron momentos muy emotivos pues no pudo contener las lágrimas al sentir el agradecimiento y el aplauso del público asistente al escuchar sus palabras.
El concierto, que duró algo más de hora y media, se estructuró en cinco grandes bloques, dejando de lado el convencional repertorio por orden cronológico y agrupando por temáticas la música que íbamos a escuchar.
No obstante, el primer bloque debía ser “Los inicios de Studio Ghibli”, donde pudimos disfrutar como apertura del concierto de la Escolanía y Coro Preuniversitario de Málaga (apadrinados por la Fundación Musical de Málaga) y la pianista Magape en los temas “Requiem” y “Days Long Gone” de la película “Nausicäa del Valle del Viento” (1984), considerada la primera cinta que dio paso a la creación del estudio de animación japonés.
La ejecución del “Requiem” por parte de la escolanía y el coro, dirigidos por Mario Porras, no tuvo nada que envidiar a un coro profesional y sonó espectacular con la acústica de la sala. No menos grandiosa fue la interpretación de Magape durante todo el concierto, que contó con arreglos originales de la misma, así como de la solista Nuria Ortega y Mario Porras (excepto en el tema “Warabe Uta” de “El cuento de la princesa Kaguya”, del que hablaremos más adelante).
Precisamente Nuria se unió para el segundo tema, “Kimi O Nosete” de “El castillo en el cielo”. En él demostró su gran voz y capacidad de emocionar al público con este tema que, al estar acompañado del coro, bien podría entenderse como un himno homenaje al legado que nos dejaron nuestros antepasados.
El tercer tema, la versión instrumental de “A Town With an Ocean View” de la película “Nikki, la aprendiz de bruja”, estuvo a cargo del trío musical ‘Hey Listen! Music Band’, compuesto por la propia pianista Magape, Oliver (clarinete) y Begoña (violín). Un tema que, como su reconocible pizzicato, siempre aporta una dosis extra de optimismo. Esta pieza nos preparó para uno de los momentos más intimistas de la velada: el tema de “Le temps de cerises”, que cantaba Gina, la protagonista de “Porco Rosso”, en el mítico Hotel Adriano de la película de 1992. Nuria se sentó en esta ocasión al piano y nos ofreció una bellísima y elegante interpretación que conmovió a todos. Cabe decir que este sería el único tema que no se cantó en japonés sino en francés, idioma original de la canción, algo que consideramos un gran esfuerzo y dedicación de las solistas a la hora de abordar un concierto como este.
Superando la emoción, Marta García Villar, autora especialista en Studio Ghibli, tomó la palabra para contextualizar los temas que habíamos escuchado y los que vendrían a continuación en torno a dos conceptos: nostalgia e infancia. Y es que el segundo bloque estaba dedicado a los temas infantiles más conocidos del estudio: “Sampo” y “Tonari No Totoro” de “Mi vecino Totoro” y “Gake No Ue No Ponyo” de “Ponyo en el acantilado”.
Para estos temas, Magape, la Escolanía y el Coro Preuniversitario estuvieron acompañados de una invitada especial, Marta Diéguez que, con solo diez años, conquistó a la audiencia cantando con sobrada solvencia y en perfecto japonés dichos temas. De hecho, el aplauso se hizo mayor al finalizar sus dos intervenciones, de modo que quizá hayamos vivido el nacimiento de una nueva estrella sobre el escenario de la Sala Fundación Unicaja María Cristina. La sonrisa de alegría y el entusiasmo de Marta nos contagió a todos con esa felicidad de la que hablábamos al principio.
El tercer bloque estuvo dedicado a las obras maestras de Ghibli, esas que todo el mundo conoce y ha visto alguna vez. Tras la introducción de Marta García, nos adentramos en este apoteósico bloque que comenzó con el tema instrumental “La leyenda de Ashitaka”, interpretado por ‘Hey Listen! Music Band’, perteneciente a la película de 1997 “La princesa Mononoke”.
La épica tristeza que sugiere este tema nos emocionó hasta el punto de ponernos los pelos de punta y nos preparó para el sentimiento trágico de la canción principal de la película, “Mononoke Hime”, interpretado magistralmente por Hey Listen! Music Band, Nuria Ortega y el Coro Preuniversitario de Málaga. Muy difícil resistirse al nudo en la garganta y, como no, a la gran ovación que siguió a esta intensa interpretación.
Llegó el turno de la oscarizada “El viaje de Chihiro” (2001), que marcó un antes y un después en la historia del estudio japonés de animación. En palabras de Marta García, “nos adentramos en el viaje de una niña a su propio autodescubrimiento y, con ella, aprenderemos el valor del esfuerzo, el coraje y la compasión”. Unos valores, dicho sea de paso, muy afines al carácter solidario del propio concierto.
La importancia de esta película en la trayectoria de Ghibli se tradujo en los tres temas elegidos para representarla: “One Summer’s Day”, cuya versión instrumental corrió a cargo de Hey Listen! Music Band, “Futatabi” e “Itsumo Nando Demo”, estas dos de mano de Nuria Ortega y la pianista Magape, que lograron equilibrar la delicadeza y la inocencia de la infancia con la fuerza del amor y el espíritu de unión entre las personas.
Para cerrar el bloque, Hey Listen! Music Band nos deleitó con la versión instrumental de “Merry-Go-Round of Life” de “El castillo ambulante”, un tema que hizo las delicias de todos los asistentes, que acompañaban con sus movimientos de cabeza al envolvente vals que aligera la “pesada carga” que supone un corazón maldito como el del protagonista de esa historia de fantasía.
Tras otro breve vídeo de la FVF sobre el proyecto de infancia en Nepal al que iba destinado el concierto, llegó el cuarto bloque, denominado “El destino de Studio Ghibli. Más allá del anime y Hayao Miyazaki”. Este apartado nos hacía plantear la duda de cuál es nuestro destino cuando se llega a lo más alto, quien recogerá el testigo y qué legado dejaremos cuando ya no estemos aquí. Para ello, Marta García nos dio a conocer tres caminos por los que transitaríamos en las siguientes piezas del concierto -que nos atrevemos a decir que nunca habían sido interpretados en directo al no formar parte del repertorio habitual en este tipo de conciertos de tributo a Ghibli.
El primer camino, “Teru’s Song” de “Cuentos de Terramar” de Goro Miyazaki, hijo de Hayao, nos llenó de esa nostalgia de la que hablábamos al principio, con una sentida interpretación de Nuria Ortega, primero a capela y después a piano y voz. Aunque la película no tuvo mucho éxito, este tema, desconocido para muchos, nos dejó de nuevo sin respiración.
Otra sorpresa de la noche fue el tema “Kokoro No Kakera” del videojuego “Ni No Kuni”, compuesto por Joe Hisaishi, como casi todos los temas anteriores. Y es que pocos esperaban emocionarse tanto con la historia de ese niño que busca reencontrarse con el espíritu de su madre a través de la fuerza de la amistad, la valentía y el coraje del corazón. Era normal tras escuchar estos “fragmentos de corazón roto” en la voz de Nuria y con una enérgica Magape al piano. Los arreglos de ésta última fueron un gran acierto y demostraron el gran talento de la pianista malagueña no solo con el piano sino con las partituras, algo muy difícil y, en nuestra opinión, casi nunca reconocido lo suficiente por el público.
Por último, viajamos con Arriety al mundo de los diminutos con la canción de Arriety (“Arriety’s Song”). Una película de Hiromasa Yonebayashi, el que hubiera sido el sucesor de Miyazaki si no hubiera creado su propio estudio (Studio Ponoc). Su banda sonora fue compuesta por Cécile Corbet, siendo la primera ocasión en que la música se compuso fuera de las fronteras de Japón. No es exagerado decir que la apasionada y elegante interpretación de Nuria a piano y voz fue uno de los momentos más emocionantes de la velada.
El último bloque no podía ser otro que el de las despedidas. En 2013, Miyazaki anunció que “El viento se levanta” era su última película. El tema “Hikouki Gumo” dejaba atrás las “estelas de humo” del trabajo de toda una vida o, como comentaba Marta García en su presentación, “una muerte prematura, un camino en soledad, un ascenso hacia lo más alto del cielo. Un susurro perdido en el viento”. Nuria Ortega supo transmitir esas emociones con una intensa interpretación del tema original de Yumi Arai de 1973, acompañada de una no menos apasionada y enérgica Magape al piano.
Otra despedida fue la de Isao Takahata, cofundador de Studio Ghibli junto a Miyazaki y Yoshio Suzuki, que nos dejó en 2018 y de la que nos quedó su última película, “El cuento de la princesa Kaguya”, casi como un testamento vital del cine de este genio tan distinto a Miyazaki y del que tampoco estamos acostumbrados a escuchar las bandas sonoras de sus películas ya que los conciertos suelen estar centrados en la figura de Miyazaki. En esta ocasión, Joe Hisaishi, que no había trabajado nunca con Takahata, compuso una maravillosa banda sonora con tintes orientales de la que pudimos escuchar dos temas. El primero, la instrumental y minimalista “Supple Bamboo”, interpretada al piano por Nuria Ortega. El segundo “Warabe Uta” (arreglada sobre la partitura original de Josu Elberdin). Una canción infantil donde destacó el preciosismo de la partitura en las voces del Coro Preuniversitario, sobre la melodía a piano de Magape, que se torna en triste despedida con una sobria interpretación de Nuria, de nuevo a capela y demostrando su potente torrente de voz, que volvió a estremecer al público, al que dejó con un nudo en la garganta. Muestra de ello fue el silencio que dio paso a la gran ovación de los asistentes.
Antes de terminar, una pausa (más corta que la década que nos hizo esperar Miyazaki antes de retomar la dirección para su última película) para entregar un diploma de agradecimiento a los artistas por su profesionalidad, entrega y desinteresada colaboración en el concierto. Asimismo, se agradeció a la ilustradora Aitana Hernández (“Art of Hyukiee”) por su trabajo en el diseño de la imagen del evento y a Reme Díaz por su aportación a la labor de voluntariado de la FVF en Málaga.
Y nada mejor para cerrar el concierto que el estreno del tema principal de la premiada última película de Hayao Miyazaki, “El chico y la garza”, donde todos los intérpretes (a excepción de Marta Diéguez y la Escolanía) se unieron en el escenario para ofrecernos una apoteósica y emocionante versión del tema “Chikyuugi”, compuesto por Kenshi Yonezu. El público se puso en pie para aplaudir efusivamente a los músicos y cantantes que hicieron de la velada un feliz y emotivo viaje por las canciones y la música de Ghibli.
Ese entusiasmo por Studio Ghibli, compartido por todos y cada uno de los que pusieron su talento al servicio del concierto, y el saber que se contribuyó a una buena causa nos llenó a todos de una felicidad contagiosa que nos hizo salir con una sonrisa y con el corazón lleno de emociones. Y es que, a pesar de todo, como también dijo Vicente Ferrer, “todos tenemos en el corazón una fuerza que nos empuja a ayudar”. Y si es a través de la música, mejor.
Artículo por Reme Díaz
Fotos por Sergio Sánchez & Nany Lavado