Entrevista a Joseba Beristain
Kaixo Joseba!
Lo primero, muchas gracias por buscar un hueco entre proyecto y proyecto para responder a unas cuantas preguntas para SoundTrackFest.
!Cómo no! Es un placer. Muchas gracias por la oportunidad que me brindáis.
Como ya hemos hablado en otras ocasiones, esta es una entrevista que teníamos pendiente desde hace tiempo, y la verdad es que ahora, con tu nueva película de animación a punto de estrenarse (“Teresa y Tim”), parecía el momento adecuado para llevarla a cabo, ¿no?
Sí. Así aprovechamos para hablar de más temas y más proyectos. Es una buena excusa, ¿no te parece?
La primera pregunta es un poco típica, pero es de carácter obligado. ¿Cuáles son tus comienzos en el mundo de la música? ¿Y cómo decides después que quieres ser compositor de música de cine? Hay algún momento concreto que recuerdes y digas… ¡esto es lo que quiero hacer y esto es a lo que quiero dedicarme!
Nací en Azkoitia (Gipuzkoa) hasta ya unos cuantos añitos, y desde muy pequeño he vivido en un ambiente familiar muy musical. Casi todos los miembros de la familia tienen facilidad para la música tanto por parte de mi padre como de mi madre. Aunque no de manera profesional, muchos de ellos tocan algún instrumento o cantan. Por ejemplo, mi abuelo fue subdirector de la banda y compositor de innumerables obras para banda. Digamos, que la música era algo natural para mí, lo palpaba en el ambiente.
A los 6 años, como muchos de los niños de mi edad, comencé a ir a clases de solfeo y piano. Aunque me gustaba, era algo que “tenía” que hacer: aún no era vocacional. No fue hasta los primeros años de la adolescencia cuando me di cuenta de que la música ocupaba un lugar central en mi vida y en mis intereses: era algo especial ¿Y qué mejor manera para canalizar ese interés que montar un grupo?
Pues eso es lo que hicimos unos amigos y yo: montar un grupo de Rock-Folk imitando a Sorotan Bele, un grupo de la zona muy famoso en aquel entonces. Y ahí fue donde di mis primeros pasos como compositor. Pero aunque el folk/pop/rock me resultaba atractivo, la música instrumental y de cierto calado “trascendental” me llamaba más la atención: Mike Oldfield, Win Meterns, los temas instrumentales de Mecano, Vangelis, etc… algo había en todos ellos que me resultaban más interesantes que la música cantada.
Mi interés por el cine y la imagen también fue creciendo. Iba al cine todo lo que podía (¡y lo sigo haciendo!). Si Tarantino aprendió sobre cine trabajando en un videoclub, yo lo hice en el cine del pueblo (Jeje). Recuerdo salir corriendo del cine para ir a casa y tocar la música de películas como El piano (Michael Nyman) o Máximo riesgo (Trevor Jones). Comencé a escuchar más bandas sonoras que cogía prestadas a varios tíos aficionados a la música y al cine. Y para cuando me di cuenta, ¡¡estaba enganchado!!
A día de hoy, no es que la música per sé no me resulte atractiva o interesante, pero concibo más la música como un elemento que trabaja junto a la imagen, y viceversa. Y respondiendo a tu pregunta, es difícil saber si hubo un momento concreto en el que todo esto ocurriera, pero fue allá por la adolescencia. Si no me equivoco, fue Josefina Molina quien dijo que a lo largo de la vida lo que haces es contentar a ese adolescente que fuiste y cumplir su proyecto. ¡Pues eso!
Hablando de tus comienzos como compositor de bandas sonoras, si no me equivoco, tu primer proyecto importante es un corto en el año 2000, “Historia de Elam”. ¿Cómo llegas a ese proyecto? ¿Cómo abordas la composición de su música?
Pues en aquella época también estuve tanteando mis habilidades como realizador el mundo del vídeo, el 3D y la infografía (ya ves que no paraba quieto probando cosas diferentes, aunque siempre relacionadas con el audiovisual o la tecnología).
Hice un cortometraje experimental no narrativo que tuve la oportunidad de mostrar al director artístico de Dibulitoon, la productora del corto de “Historia de Elam”. Del corto de animación no me dijo gran cosa, pero le gustó tanto la música que me invitó a hacer la banda sonora de su cortometraje “Historia de Elam”. Al ser la primera banda sonora que hacía para otra persona sentía una gran emoción y a la vez, bastante vértigo.
Combiné lo que por aquel entonces me parecía más interesante, sobre todo teniendo en cuenta la ambientación post-apocalíptica del corto; sonidos de cuerdas, con coros, con guitarras eléctricas, percusión pesada, sintetizadores….y salió la música del corto.
Revisándolo ahora, y teniendo en cuenta los medios de la época (¡¡hace 16 años!!) estoy contento con el resultado. Además, me sirvió para aprender y comprobar varias cosas, pero la más importante de ellas fue que, efectivamente, era capaz de hacer una banda sonora. (Aunque durante el proceso de composición me pregunté varias veces, ¡¡porqué me había metido en semejante lío!!)
Y a partir de ahí…
Pues a partir de ahí, una vez que sabía que quería hacerlo y que podía hacerlo, comencé a buscar más proyectos. Es difícil explicar cómo se consiguen los nuevos trabajos pero, lo que sí tengo claro es que la calidad de los trabajos que haces, es la mejor tarjeta de presentación que puedes tener y que al que se mantiene activo (en todos los sentido, no sólo en componer) le van ocurriendo cosas.
Mirando tu página web, en la sección de música (enlace), se puede ver que tienes muchos trabajos en ámbitos muy variados; publicidad, documentales, cortometrajes, películas…. ¿Hay algún género con el que te sientas más identificado a la hora de componer, o en el que creas que te desenvuelves mejor?
Pues no sabría decirte. Varios directores y productores me han dicho que me han llamado porque soy un compositor polivalente. No sé si es lo que mejor me define, pero sí es cierto que he realizado trabajos muy distintos: desde música épica, temas rockeros, música minimalista, electrónica, etc… Es algo que me gusta.
Como he mencionado antes, pienso que la música que más de dentro me sale tiene un poso “trascendental” (no sabría cómo definirlo mejor) sin llegar a ser épico o grandioso. Al menos no suele ser música ligera o especialmente alegre.
Pienso que es por eso que me siento identificado con la música minimalista, por ejemplo, que es un estilo que ha ido variando con los años, pero con el que me siento identificado. Los cuatro acordes del tema “The Swimmer” de Max Richter de la banda sonora de la película Disconnected o las tres voces de Kalakan cantando “Sagarra Jo” prácticamente a capela me emocionan más y me son más cercanas que grandes orquestas tocando temas complejos.
Por lo que me consta, eres un músico polivalente, que toca varios instrumentos (guitarra, flauta, piano, bajo y batería) y hasta te atreves a cantar! (risas). Cuéntanos un poco la historia que hay detrás de todo esto.
Bueno, con lo de cantar me pasa lo que le pasaba a mi abuelo: que era buen músico pero la voz no le acompañaba (risas). Sí que me gusta cantar pero no es mi fuerte aunque ha habido veces que lo he hecho (¡luego hablaremos de eso más adelante!).
Y lo de los instrumentos, pues pienso que es consecuencia de una curiosidad innata y de un entorno favorable: comencé a aprender el piano con un piano que restauró y me regaló un tío por parte de mi madre, la flauta travesera me la regaló un tío por parte de mi padre, que además me pasaba discos de compositores como de Wim Mertens y Karl Jenkins (Adiemus), la guitarra con la que aprendí a tocar era una vieja guitarra que había en casa de medio adorno, y lo del bajo y la batería, pues como he tocado en varios grupos, terminé probando un poco de todo.
Pero realmente sería un poco pretencioso por mi parte decir que toco todos esos instrumentos. Es cierto que los toco, pero la interpretación no es mi fuerte y no soy especialmente bueno tocando ningún ellos. Pero no pasa nada: cada vez que veo vídeos de Hans Zimmer tocando compruebo que no es imprescindible ser un gran intérprete (Risas).
Pienso que mi mayor habilidad es precisamente componer para la imagen, no en ser intérprete. Creo que después de tantos años viendo cine y escuchando bandas sonoras, he alimentado suficiente mi intuición para ello. Y esto me parece importante. Como dice al ilustrado Juanjo Saéz: la intuición es lo que sabemos, pero no sabemos que sabemos. Es por eso que en mis bandas sonoras no grabo ningún instrumento más allá del piano ya que es el instrumento con el mejor me arreglo y más me ayuda a componer. El resto, si puedo al menos, prefiero que lo grabe gente que sea buenos instrumentistas.
¿De qué proyectos en los que has trabajado guardas un especial recuerdo? ¿Por qué?
Pues me resulta difícil decidirme por alguno, ya que cada proyecto ha tenido su singularidad y de todos guardo algún buen recuerdo. Pero si tengo que decantarme por uno, puedo decir que la música que hice para el cortometraje Gartzela de Iban Lizarralde es uno de mis preferidos por varios motivos: porque fue de los primeros que grabé con músicos (y aquello no sonaba a ordenador), porque conocía el proyecto del corto desde su concepción hasta el final (de hecho, participé en la grabación del cortometraje ejerciendo de Script) y porque supuso mi segunda nominación a los premios Jerry Goldsmith.
¿Hay algún proyecto que haya quedado «en las sombras» y que te gustaría rescatar para el público?
Pues no, no creo. He tenido la gran suerte de que todos los proyectos en los que he trabajado han llegado a buen puerto y, a la vez, me han rechazado muy pocas propuestas. Por lo que me dicen los directores, suelo acertar rápido en la música que buscan y la que el proyecto necesita. Quiero pensar que es por la intuición que antes he mencionado. Lo que sí que tengo son proyectos a nivel personal que espero algún día puedan salir a la luz. Pero por ahora, estoy ocupado con la composición para el audiovisual.
Y hablando de rescatar, me imagino que te pasará como a otros compositores, que tienes mucha música que no ha sido editada y que la gente no va a poder escuchar (salvo en tu página web, donde tienes muestras de todo). ¿Has pensado en auto-editar tu música en digital, en plataformas del estilo de Bandcamp? (Austin Wintory por ejemplo, la utiliza para editar todos los trabajos que hace, da igual que sean pequeños o grandes).
Pues hasta ahora no lo había pensado, porque hasta hace poco no había tenido la oportunidad de hacer un largometraje y no sé hasta qué punto tiene sentido editar la música de los cortometrajes por la corta duración de la BSO. Pero ahora que llevo varios largos, empiezo a planteármelo. Pero tampoco está dentro de mis prioridades. Es cierto que me haría ilusión así que algún día retomaré la idea.
De todas formas, hay una música concreta que si tienes editada, o más bien debería decir que te la encargaron para editarla en una librería de uso comercial, ¿no? Una música que ha tenido bastante éxito, ya que se ha utilizado en algunos anuncios de turismo bastante conocidos. ¿Cómo fue ese proyecto?
Pues fue un proyecto muy interesante por varias razones. Una empresa madrileña que distribuye música de librería (Música de todos los tipos que puedes comprar para usar en audiovisuales; cine, publicidad, TV, etc.) contactó conmigo a través de un amigo en común, porque quería ampliar su catálogo con diferentes tipos de música que actualmente no se podían encontrar en este formato de música de librería. Y entre otros sonidos, estaban buscando algo que sonara a “vasco” (Lo pongo entre comillas porque cada uno puede entender cosas diferentes por sonido vasco).
Compuse 7 temas de estilos variados pero que tuvieran una sonoridad vasca utilizando sobre todo instrumentos autóctonos como la alboka, la txalaparta, etc. Contacté con algunos de los mejores músicos de la zona especializados en estos instrumentos y grabamos los temas en los estudios Garate con Mikel F. Krutzaga. Y por diversas circunstancias, terminé grabando yo las voces, algo que no suelo hacer habitualmente. Fue una experiencia estupenda. Muy gratificante. Fue un placer ver cómo gente con tanto talento interpretaba mis temas y que el resultado suene aún mejor de lo que me imaginaba.
Se pueden escuchar (y comprar) todos los temas en el siguiente enlace: (enlace librería)
Y efectivamente, es uno de mis trabajos más exitosos. Por ejemplo, fue utilizado en uno de los vídeos de Visit Euskadi y el vídeo ha tenido casi 2 Millones de reproducciones y ha sido compartido 50.000 veces en Facebook (enlace Facebook). ¡¡Se dice pronto!! Y recientemente, como cotilleo un tanto morboso, ha sido utilizado también en “Granjero busca esposa” (Risas).
Making of:
El video de “Visit Euskadi” con mi música:
Ahora toca una pregunta “trampa”. Imagina que soy un productor / director que necesita un compositor para un nuevo proyecto. ¿Por qué debería contratarte? Convénceme. Véndete a ti mismo.
(Risas) ¡Qué tensión! Bueno, pienso que a la hora de contratar a una persona para cualquier trabajo hay varias cosas a tener en cuenta. Lo primero, es la calidad del trabajo (aunque este puede ser un tema un tanto subjetivo).
Sea cual sea la calidad de tu trabajo, tiene que ir acorde con el tipo y envergadura del proyecto. El que te contrata no lo hace por lo que se imagina que puedes hacer sino por lo que sabe que puedes hacer. Y no me circunscribo estrictamente a lo musical, sino a la capacidad narrativa del compositor a través de su música que es, probablemente, lo más importante. Es por eso que he dicho antes que el último trabajo que hagas es tu mejor tarjeta de presentación para el siguiente trabajo. Pienso que todos los trabajos que he hecho han estado a la altura del proyecto audiovisual para los que han sido realizados.
Hay otra parte importante que es la facilidad de trabajo. Por muy bueno que sea un compositor, si trabajar con él es difícil, porque tenga el ego por las nubes, porque sea muy testarudo o por lo cualquier otro motivo, cada vez menos directores querrán trabajar con él. Yo tengo muy claro que el compositor tiene que ser un facilitador que tiene que estar al servicio de la película, luego del director y por último de sí mismo. Es un miembro más del equipo que hace posible la película, y tiene que entender que hacer una película es una empresa de gran complejidad y riesgo en el que intervienen multitud de factores y hay que saber amoldarse a la realidad que toca vivir en cada momento.
Esto incluye saber moverse dentro de los plazos y los presupuestos, ser autónomo, comprometerse con el proyecto, ser capaz de ir entregando maquetas, de asegurar una comunicación fluida con el director/productor, cumplir con los compromisos adquiridos, etc. Pienso que entro en esta categoría de personas facilitadoras.
Y por último pero no menos importante, está el hecho de ser capaz de conectar con el director, de que haya un entendimiento y una complicidad. Esto implica que el músico sepa de cine, sea capaz de entenderse con el director/productor, que pueda hablar de las películas y directores que les gustan y de porqué les gustan, qué les convence, qué no, de planos, de estructuras de guion, de estrategias de producción, de distribución, de lo que sea relacionado con el proyecto. Este hecho me parece tan importante que, además del bagaje que pudiera tener de antes, hace un tiempo participé durante dos años en un taller de escritura de guiones en la escuela de cine Larrotxene en San Sebastián, para conocer los entresijos de la narrativa cinematográfica desde dentro. El cine es de las cosas que más me gustan y creo que eso se nota también en los trabajos que hago y me facilita el entendimiento con los directores. Los dos, tanto el director como yo, tenemos el profundo y firme deseo de hacer cine.
Bueno, ¿qué me dices? ¿Me contratarías? (Risas)
Has participado en varias ediciones de los premios Jerry Goldsmith Awards organizados por la asociación BSOSpirit, siendo nominado en 3 ocasiones si no me equivoco. Háblanos de tu experiencia en dichos premios, y de la opinión que tienes de los festivales de música de cine, que parece que cada vez son más frecuentes y están empezando a atraer cada vez más público.
Lo de las nominaciones a los premios hay que tomárselo con cierta relatividad (¡¡a mí me cuesta!!) porque realmente lo único que significan, como dice Marge Simpson es que alguien que no conoces piensa que eres mejor que algunos haciendo alguna cosa (Risas).Pero, para qué me voy a engañar: las 3 veces que he estado nominado a estos premios me hizo mucha ilusión, especialmente el último, que fue por la BSO de un largometraje. Además, estar nominado quiere decir que posiblemente vayas a conocer a más gente, a los compositores invitados al festival, a otros nominados, etc. y esto siempre me parece un gran aliciente.
La predisposición es otra, y siempre es una alegría estar nominado. Además, casi siempre he estado nominado junto a compañeros que admiro y aprecio, por lo que la alegría es aún mayor. Pero aun siendo todo esto así, ¡¡algún día quiero ser yo el que se lleve el premio y no ese compañero que tanto aprecio y admiro!! (Risas)
En cuanto a los festivales, pues es estupendo que cada vez haya más iniciativa de este tipo. La única pega que le veo es que me obliga a elegir, ya que me resulta físicamente imposible ir a todos ellos (Risas). Pero también tengo que decir, coincidiendo con la opinión de Conrado Xalabarder, que en este tipo de eventos se corre el riesgo de quedarse en la parte más musical del trabajo de compositor de bandas sonoras, dejando a un lado la labor narrativa del compositor, que debería ser la labor principal.
Pero por otra parte, es algo entendible; la música de cine, como prácticamente cualquier cosa, es algo multidimensional, donde cada uno se acerca desde la aproximación que quiera (o pueda). Algunos se centrarán en la música, otros en la narrativa, otros en la parte de las anécdotas y chascarrillos.
Para mí, tanto en lo profesional como en lo personal, el festival que organiza BSOSpirit (Úbeda-Córdoba-Málaga) ha sido un punto de inflexión en mi percepción de la música de cine y en mi aproximación a ella como aficionado y profesional. Y esto es sin duda gracias a la gente que he conocido en estos festivales, gente como Conrado Xalabarder, compositores de renombre nacional e internacional (Michael Giacchino, David Arnold, Abel Korzeniowski, Fernando Velázquez, Pascal Gaigne, etc.) y compañeros que hemos ido creciendo juntos, cada uno a su ritmo, haciendo su propio camino: Iván Palomares, Marc Timón, Dani Trujillo, Héctor Marroquín, Julie Reier, Aritz Villodas, Zeltia Montes, Jesús Calderón, Isabel Latorre y más gente que no cabría en esta entrevista.
Estoy seguro de que yo no sería el mismo si no les hubiera conocido y si no hubiera vivido tantos momentos maravillosos en estos festivales.
Esta primavera has terminado la banda sonora para el largometraje “The Plot Point”, que tiene una música asfixiante, opresiva, e inquietante, al igual que la historia. ¿Cómo llegas a este proyecto? ¿Qué nos puedes contar sobre la música, su estructura, su desarrollo y sobre el proceso de composición?
Llegué a este proyecto, como suele ocurrir habitualmente a través de otro trabajo (de nuevo, los trabajos como tarjetas de presentación). Hice una música para un vídeo promocional de la escuela de cine del país vasco. El montador de este spot (Jose Miguel Villalta) era a su vez el montador de la película The Plot Point. Cuando escuchó mi trabajo pensó que era un buen candidato para componer la banda sonora y se lo propuso al director Elbio A. Nielsen, y una reunión más tarde, ¡ya estaba dentro del proyecto!
La música está dividida en tres bloques: la música que a acompaña a Jones, que es una música muy etérea a base de una voz femenina y pads de sintetizadores, la música que acompaña a Ana, una música más trascendental basada en piano y cuerdas principalmente, y un tercer bloque de música para relatar otras partes de la historia (hasta aquí puedo leer, sin hacer Spoilers).
El tratamiento narrativo y estilístico de cada bloque es diferente, por lo que hace que esta banda sonora sea un tanto peculiar. Marcando las distancias, claro está, es como algunas de las bandas sonoras de Max Richter intercalando temas con instrumentos reales y temas con sintetizadores.
El proceso creativo fue guiado por unos temp tracks que había colocado el propio montador de la película. Los temps tracks de los que tanto se ha hablado últimamente con los vídeos sobre la música de las películas de Marvel, son un arma de doble filo: pueden ayudar a entender y visualizar algunas cosas, pero a su vez pueden matar la creatividad del compositor. Pienso que en esta ocasión funcionaron más como la primera opción; como elementos que ayudaron a que el director y yo entendiéramos qué necesitaba la película.
A partir de ahí, tuve carta blanca para componer, pero bajo algunas premisas, donde la más importantes fueron la sutileza y la contención. Y realmente, es la parte que más me costó, la de la contención. Pero pienso que al final le cogí el punto y salió una banda sonora muy equilibrada.
Además, este fin de semana has pre-estrenado una nueva película, “Teresa y Tim” (“Teresa eta Galtzagorri” en Euskara) una película de animación infantil, en Castellano y en Euskara. ¿Qué nos puedes contar sobre su música? ¿Cuál ha sido el enfoque que le has dado a este trabajo?
La película está producida por Dibulitoon, como lo fue el primer corto para el que hice la música, Historia de Elam, así que con este proyecto en parte vuelvo a mis principios pero desde una posición vital y musical distinta. ¡Me gusta esta idea! Pues “Teresa y Tim” es una película dirigida al público infantil, pero la directora, Agurtzane Intxaurraga, no ha querido hacer una película con el típico tratamiento infantil con mucho movimiento, golpes, humor fácil, etc. sino que ha tratado la historia y los personajes, así como el resto de los elementos que componen la película, desde una punto de vista más natural, más realista (desde mi punto de vista, una decisión acertada).
Y la música, se mantiene coherente a esta idea ya que está hecha más como si fuera un drama y no una película infantil al uso: no hay apenas sincronizaciones o mickey-mousing, no hay un constante uso de la música como elemento de relleno, la música no acompaña los movimientos físicos de los personajes, etc.. La banda sonora se estructura alrededor de una canción, que es la canción de la amistad entre los dos protagonistas: Teresa, una niña de 6 años que se siente desplazada por el nacimiento de su hermano Jon, y Tim, un duende de primavera que no se siente cómodo con el resto de sus hermanos duendes.
Alrededor de este tema principal hay varios temas principales: uno para Vlad, el feriante que pretende capturar a Tim, y otro para Sam, el ayudante de Vlad que está atrapado en una relación de sometimiento. Dado que gran parte de la película se ambienta en el mundo del circo y que algunos pasajes tienen un toque un tanto “gamberro”, esto me ha dado la oportunidad de componer música sinfónica pero también otro tipo de música más variada, dando lugar a una banda sonora que intercala diferentes estilos.
Para terminar, cuéntanos algo sobre tus próximos proyectos, ¿qué podemos esperar de Joseba Beristain en los próximos meses?
Suelo ser prudente con estos temas y por ahora no me atrevo a contar mucho. Sólo puedo decir que espero que el próximo año podamos hacer otra entrevista hablando de más bandas sonoras para varias películas que, de nuevo, si se confirman, serán diferentes a lo que he hecho hasta ahora. Bastante diferentes diría yo.
Muchas gracias por tu tiempo Joseba. ¡Suerte con la película y suerte con tus próximos proyectos!
Muchas gracias a vosotros, SoundTrackFest, por la oportunidad de hacer esta entrevista y por la labor de divulgación que hacéis de la música de cine. ¡Mucho ánimo con vuestra web!
Entrevista realizada por Gorka Oteiza