2022-02-28 – 19:00 h
La Orquesta Sinfónica de Bilbao – Bilbao Orkestra Sinfonikoa – BOS, que celebra su centenario el 8 de marzo de 2022, ofrecerá dos conciertos especiales dedicados a la figura del compositor de bandas sonoras vivo más importante: John Williams, que cumplió 90 años el pasado mes de febrero.
Los conciertos, que se celebrarán los días 7 y 8 de abril en el Palacio Euskalduna – Euskalduna Jauregia de Bilbao, estarán dirigidos por Erik Nielsen, y ofrecerán un monográfico sobre el autor neoyorquino que incluirá la música inolvidable de Star Wars, La lista de Schindler y Harry Potter, entre otras muchas. Una de las citas más populares, imprescindible para los amantes de la música de cine.
Cuándo: Jueves 7 y viernes 8 de abril de 2022 a las 19:30h
Dónde: Palacio Euskalduna (Bilbao)
Entradas: 14-32 € – https://bilbaorkestra.eus/conciertos/una-noche-con-john-williams/
El programa será el siguiente:
NOTAS AL PROGRAMA (por Félix Linares)
EL HOMBRE QUE LLEVÓ LA MÚSICA HASTA LA GALAXIA MAS LEJANA
Si a usted le piden el nombre de un compositor de bandas sonoras de películas, seguramente contestará “JOHN WILLIAMS”. También podría ocurrir que mencionara el nombre de ENNIO MORRICONE, pero digamos que JOHN WILLIAMS está bien. Se lo ha ganado a pulso. Lleva más de sesenta años trabajando en este mundo y a él le pertenecen las bandas sonoras de películas tan famosas como STAR WARS, SUPERMAN, TIBURÓN, las de INDIANA JONES, LA LISTA DE SCHINDLER, JURASSIC PARK o la serie de HARRY POTTER. Y esa música es, seguramente la que de manera más frecuente nos viene a la cabeza, porque nunca nos cansamos de ver esas películas, porque nos gustan las vicisitudes de estos personajes, porque adoramos a JOHN WILLIAMS. Ahora tenemos otra oportunidad para disfrutar de su música. No la desaprovechemos.
EL HOMBRE QUE COMPONÍA MÚSICA PARA PELÍCULAS DE CATÁSTROFES
Nació nuestro protagonista como JOHN TOWNER WILLIAMS en NUEVA YORK el ocho de FEBRERO de 1932 (noventa años ha cumplido hace unas semanas). Su padre, percusionista en orquestas y batería en conjuntos de jazz, frecuentaba los estudios de grabación donde se registraba la música de las películas. Cuenta la leyenda que cuando JOHN tenía seis años entró por primera vez en uno de estos lugares porque su padre formaba parte de los músicos que iban a grabar la banda sonora de REBECCA OF SUNNYBROOK FARM, una película de ALLAN DWAN a mayor gloria de la niña prodigio SHIRLEY TEMPLE. Y ya no quiso salir de allí. Para entonces llevaba dos años tocando el piano. Teniendo en cuenta la profesión de su padre no podía dedicarse a nada que no fuera la música, así que acabó dominando el piano y teniendo buenos registros con el trombón, la trompeta y el clarinete. Y con veinte años se encontró en la marina estadounidense arreglando marchas militares para que la banda las tocara. Todo cuenta a la hora de sumar experiencia. Licenciado sin pisar el campo de batalla, por entonces se disputaba la guerra de COREA, volvió de nuevo a aquellos lugares donde su padre había trabajado: los clubs neoyorkinos y los estudios de grabación donde conoció a muchos compositores, al mismo tiempo que formaba parte de los músicos de estudio que grababan con FRANKIE LAINE o VIC DAMONE. Ya entonces componía música siguiendo a sus maestros: WAGNER, naturalmente, como se desprende de la música que ha hecho más tarde, MAX STEINER o ERIC WOLFGANG KORNGOLD. Trabajó para JERRY GOLDSMITH, BERNARD HERRMAN, MIKLOS ROZSA, FRANZ WAXMAN y ELMER BERNSTEIN, un músico del que se celebra este año el centenario y que era capaz de componer música de jazz (EL HOMBRE DEL BRAZO DE ORO), música colosal (LOS DIEZ MANDAMIENTOS) música bélica (LA GRAN EVASIÓN) y música western (LOS SIETE MAGNÍFICOS). WILLIAMS figuraba entre los músicos de estudio que grabaron esta banda sonora, lo que nos permite aventurar una teoría sobre el origen de LA MARCHA IMPERIAL o TEMA DE DARTH VADER de STAR WARS. En LOS SIETE MAGNÌFICOS hay un tema para los “buenos” y uno para los “malos”. Ocurrió que la imagen que había dado ELI WALLACH del personaje de CALVERA, el malo, era algo paródica y JOHN STURGES, el director del film, le dijo a BERNSTEIN que le hiciera una música amenazadora. BERNSTEIN respondió con un tema muy marcado que hacía que el espectador sintiera cuando sonaba que se acercaba una amenaza. Si escuchan ese tema y a continuación la MARCHA IMPERIAL, encontrarán un cierto “aire de familia”. Y WILLIAMS se convirtió, quizá en ese momento, en un hábil utilizador del “leiv motiv”, esos temas musicales recurrentes que aparecen oportunamente en muchas de sus películas para manejar las sensaciones del espectador. Por supuesto también podemos asumir que la MARCHA IMPERIAL se parece a la MARCHA DEL AMOR DE LAS TRES NARANJAS de PROKOFIEV, pero a mí me gusta más mi teoría. Además, WILLIAMS adaptó música para musicales como CARRUSEL o AL SUR DEL PACÍFICO, compuso para películas de aventuras como HATARI o LOS CAÑONES DE NAVARONE y tocaba los solos de piano de EL APARTAMENTO. En el año 58 compuso su primera banda sonora. Fue para la película DADDY O, UN GRAN TIPO que el tiempo ha olvidado piadosamente. Pero él insistió en diferentes comedias que le dieron experiencia, aunque a él lo que le gustaba era la espectacularidad y tuvo su primer acercamiento a ella con EL SEÑOR DE HAWAI con CHARLTON HESTON viviendo aventuras sin cuento. Después llegarían CODIGO DEL HAMPA, la última película de RONALD REAGAN antes de entrar en política y TODOS ERAN VALIENTES la única película que dirigió FRANK SINATRA. Y también puso música a algunas series de ciencia-ficción como PERDIDOS EN EL ESPACIO y EL TÚNEL DEL TIEMPO. Y ocupado en estas cosas de repente se encontró con su primera nominación al OSCAR. Fue por la música de EL VALLE DE LAS MUÑECAS, un suntuoso melodrama que no le dio la estatuilla, pero si bastante fama. Para recoger el primer OSCAR tuvo que esperar unos años, hasta 1971, cuando se lo concedieron por arreglar la música y las canciones de EL VIOLINISTA EN EL TEJADO, aquella de IF I WERE A RICH MAN, canten conmigo, dubi, dubi, dubi, dubi dubi, dubi, dubi, du. Ya era un músico premiado, le llovían los contratos y llamaron a su puerta las grandes productoras ofreciéndole LA AVENTURA DEL POSEIDON, EL COLOSO EN LLAMAS, TERREMOTO, lo que hizo que le catalogaran en el apartado de “compositor de música para películas de catástrofes”. Y en esas estaba cuando se le acercó un jovencito en trance de dirigir su primera película, un tal STEVEN SPIELBERG, y le dijo que le encantaría que le pusiera música a su trabajo. Esa película era LOCA EVASIÓN (quizá ustedes piensen que la primera película de SPIELBERG es EL DIABLO SOBRE RUEDAS, que se estrenó en cines en EUROPA, pero en realidad era un trabajo para televisión) que no ha pasado a la historia por su música, aunque quizá lo merezca, pero si por ser el primer trabajo para la gran pantalla del cineasta que definió el nuevo cine a partir de los años 70.
EL HOMBRE QUE NO SE CONSIDERABA LO SUFICIENTEMENTE BUENO PARA PONER MÚSICA A DETERMINADAS PELÍCULAS
SPIELBERG volvió a llamar a WILLIAMS y le dijo que creara la música para TIBURÓN. WILLIAMS le tocó unas notas al piano. SPIELBERG ni se inmutó. WILLIAMS insistió. Y SPIELBERG siguió frio como un iceberg. Así que el músico le dijo “Tú, déjame a mí”. Efectivamente, aquella música que no impresionó a SPIELBERG se convirtió en la más amenazante de la historia, en gran parte del éxito de la película, en la culpable de que el año 75 fuéramos menos a la playa y de que WILLIAMS a partir de aquel momento fuera considerado un maestro y el compositor de cabecera de SPIELBERG que solo ha prescindido de él en ocasiones muy justificadas como contar con un compositor negro, QUINCY JONES, para una película íntegramente protagonizada por actores de color, EL COLOR PÚRPURA. TIBURÓN le consiguió a WILLIAMS su segundo OSCAR. Llego a tiempo nuestro invitado para poner música a la última película de ALFRED HITCHCOCK, LA TRAMA, y a continuación SPIELBERG, otra vez él, le habló de un amigo suyo, GEORGE LUCAS, que tenía una película que, quizá, podría ser mejor con su música. Y así, con la música de STAR WARS, ganó su tercer OSCAR, y encadenó bandas sonoras para el SUPERMAN de RICHARD DONNER y CHRISTOPHER REEVE, para EN BUSCA DEL ARCA PERDIDA, y lo que siguió con las andanzas de INDIANA JONES, NACIDO EL CUATRO DE JULIO de OLIVER STONE y hasta SOLO EN CASA mientras acompañaba a SPIELBERG desde E.T. EL EXTRATERRESTRE a JURASSIC PARK. E.T., por cierto, nos proporciona otra anécdota de la relación entre cineasta y compositor. WILLIAMS no sabía cómo ordenar la música de la secuencia final y atrasaba la entrega. Hasta que SPIELBERG le dijo “mira, JOHN, lo que tienes que hacer es editarla como quieras. Yo, luego, montaré la secuencia siguiendo tu música”. Y así lo hizo, y así quedó para la historia junto al cuarto OSCAR para WILLIAMS. Pero todavía tendría algún desacuerdo mas con su amigo. Cuando vio las imágenes de LA LISTA DE SCHINDLER le dijo a SPIELBERG: “STEVEN, no puedo poner música aquí, tú necesitas a un compositor mejor que yo”. Y STEVEN le respondió: “Lo sé, JOHN, pero están todos muertos” Y así llegó el quinto y, de momento, último OSCAR a las estanterías de JOHN WILLIAMS. Por cierto, es la segunda persona en pasar de las cincuenta nominaciones a estos premios, tiene 52 y solo le aventaja WALT DISNEY que tiene 59. Y sumen, además, 23 premios GRAMMY, 7 BAFTA, cuatro GLOBOS DE ORO y la consideración del AMERICAN FILM INSTITUTE de que la banda sonora de STAR WARS es la más grande de la historia. Por supuesto esto no acaba aquí, sino que a todas estas obras tendríamos que sumar preludios, fugas, conciertos, piezas para chelo e incluso unas variaciones sobre FELIZ CUMPLEAÑOS. Y la música de la toma de posesión de BARACK OBAMA como presidente de los ESTADOS UNIDOS. Este hombre es incansable. Y lo demuestra también poniendo música a cuatro juegos olímpicos. Por ahí justamente comienza este concierto, haciendo músculo musical, para abrir una noche inolvidable que después nos paseará por lo más granado de su producción. Las inquietantes notas musicales que nos ponían en contacto con los extraterrestres en ENCUENTROS EN LA TERCERA FASE, el ritmo que tanto le costaba ordenar en E. T., la magia de HARRY POTTER y los vuelos de SUPERMAN que, alguien dijo, se copió a sí mismo. Luego un recorrido por los territorios jurásicos para pasar después a las emociones mejor contadas de la historia del cine, ya saben LA LISTA DE SCHINDLER. Y para terminar STAR WARS, ¿cómo podría ser de otra manera?
EL HOMBRE QUE PONE MÙSICA A LOS SUEÑOS
Y desde ese lugar privilegiado que se ha ganado con esfuerzo y dedicación, JOHN WILLIAMS sigue trabajando, ayudando a STEVEN SPIELBERG a cumplir su sueño de adolescente al recrear su película fetiche WEST SIDE STORY, poniendo música a la revisión que el cineasta ha hecho de su propia familia en LOS FABELMAN y pensando ya en que nuevos temas aportará a la mitología de INDIANA JONES en la quinta película de la serie, arreglando su propio trabajo en la nueva de JURASSIC WORLD, añadiendo cosas en las muchas series de STAR WARS que viajan por las plataformas, trabajando como siempre ha hecho. Acompañando los sueños de los que eran niños cuando empezaron a sonar sus composiciones en las películas y ahora se sientan ante la orquesta para recordar lo que sintieron entonces y para confirmar que JOHN WILLIAMS es muy, muy bueno.
Félix Linares