Concierto de la EGO en Bilbao con música de Rimsky-Korsakov y Leonard Bernstein
El pasado jueves 20 de julio se llevó a cabo un concierto en el Palacio Euskalduna de Bilbao a cargo de la Euskal Herriko Gazte Orkestra – EGO, con un programa mixto que incluía la maravillosa obra clásica Scheherezade de Nikolai Rimsky-Korsakov y la adaptación orquestal de la música de West Side Story de Leonard Bernstein a través de las “Danzas Sinfónicas de West Side Story”.
Este concierto estaba englobado dentro de una gira de conciertos que la Euskal Herriko Gazte Orkestra – EGO llevó a cabo por Hondarribia, Donostia-San Sebastián, Bilbao y Vitoria-Gasteiz esa misma semana.
La función de Bilbao comenzó pasadas las 20h, donde tras ocupar los jóvenes integrantes de la orquesta el escenario, hizo acto de presencia su director Juan José Ocón, para alzar la batuta y dar comienzo al primer movimiento de los cuatro que componen Scheherezade: “El mar y la nave de Simbad”.
Desde el comienzo se pudo observar la agilidad, precisión y entrega en los dulces y exóticos sonidos de la joven concertino de la orquesta, la cual llevó el peso de la mayoría de las piezas de la primera parte del concierto. Como si unas olas sonoras azotaran el auditorio, la música de las cuerdas iba y venía en este primer movimiento, llenando con una estupenda interpretación de toda la orquesta el espacio disponible en la sala.
El segundo movimiento, “La historia del príncipe Kalender”, arrancó suave con la inclusión de tonos complementarios a las cuerdas por la sección de viento-madera, que aportaron un contrapunto adecuado, a los que acompañó sutilmente y de forma introductoria el arpa.
Un sonido pulido y lúcido del violín dio paso al tercer movimiento “El joven príncipe y la princesa” donde la dulce historia de amor se veía perfectamente reflejada en la música, antes de pasar al desenlace en el cuarto movimiento. Con “Fiesta en Bagdad. El mar. La nave encalla. Conclusión”, una orquesta entregada nos sumergió nuevamente en la frenética conclusión de la historia, con una sección de metales remarcando la importancia de la acción, pero cediendo al final el testigo a un último solo de violín, que cerró con calma y serenidad la obra, en un nuevo dominio de interpretación de la concertino, que fue correspondido por un gran aplauso por parte del público.
Cuando parecía que el concierto iba a continuar y ejecutarse de tirón sin intermedios, se hizo una breve pausa a las 21h, para continuar con la segunda parte 10 minutos después. Allí, la orquesta volvió a tomar sus asientos pero con una ligera modificación, la concertino cambiaba lugar con su compañera de la izquierda, recibiendo así un merecido descanso tras el trabajo realizado en la primera parte.
La segunda parte estaba dedicada a las “Danzas Sinfónicas de West Side Story” que tienen su origen en una versión adaptada para concierto que el compositor Leonard Bernstein realizó en 1961, a raíz del éxito que obtuvo West Side Story tanto con el musical en 1957 como con la película en 1961.
Con un total de 9 movimientos que se extienden a lo largo de 24 minutos, la orquesta nos brindó una mezcla y fusión de estilos musicales como jazz, cha-cha-cha, rumba, salsa y otros ritmos latinos, pero con la paleta de colores que sólo una orquesta sinfónica puede aportar. Un contrapunto muy interesante, alegre y divertido al programa, que tuvo una interpretación precisa de la orquesta, muy bien coordinada por su director Juan José Ocón.
Al final del concierto el público aplaudió con ganas y emoción, dando lugar a que la orquesta se animara con un bis, concretamente con el movimiento “Mambo”, jocoso y alegre, que fue utilizado para realizar una presentación desenfadada de las diversas secciones instrumentales de la orquesta a modo de despedida.
Y así, cuando eran pasadas las 21:40h, terminaba un estupendo concierto, con una joven orquesta que demostró que la calidad musical no está reñida con la edad, sino con las ganas y las horas de práctica. Unos jóvenes músicos, que nada tuvieron que envidiar en su interpretación a orquestas más veteranas y mucho más asentadas.