Concierto ‘Carles Cases diu Llach’ en L’Eliana
El pasado sábado 25 de agosto (ver noticia), el compositor Carles Cases actuó en L’Eliana (Valencia) y el escritor y experto en bandas sonoras Frederic Torres, ha preparado este artículo para SoundTrackFest donde nos relata cómo fue la velada.
¡QUÉ NOCHE LA DE AQUEL DÍA!: EL REGRESO DE CARLES CASES
Volvió el músico catalán por tercera vez en el mismo curso a tierras valencianas para interpretar los temas que integran su grabación Carles diu Llach, editada en 2014 y dedicada a su reinterpretación en clave jazzística, de los temas con los que trabajó mano a mano con el conocido cantautor catalán durante la década de los ochenta.
Carles Cases volvía a L’Eliana por segunda vez tras su paso por el festival V Segles de Música, que en el mes de noviembre del año pasado acogió su participación con un repertorio similar, aunque en aquella ocasión hubiera espacio para su relación cinematográfica con el director, también catalán, Ventura Pons.
Esta vez, el escenario elegido fue La Torre del Virrey, un espacio restaurado que originalmente fue una construcción defensiva datada hacia los siglos XVI-XVII. Convertida más tarde en una edificación nobiliaria y al aire libre ubicada en el extrarradio de la población, está conformada por un patio de planta rectangular que proporciona una magnífica sonoridad, además de una agradable temperatura para que el público asistente pueda aliviar el rigor del calor veraniego. A pesar de eso, los músicos sufrieron un tanto los altos valores de la humedad relativa valenciana al estar bajo los focos. Y eso que el recital fue programado para que comenzara a las 22:30h, a fin de asegurar que la temperatura no rebasara los 25º.
Como quiera que fuera, el trío formado por Carles Cases, al piano, el guitarrista Jordi Farrés y el contrabajista Miguel Ángel Cordero (sustituido por Pau Lligadas en la primera visita de los músicos a la población), subieron al escenario tras la presentación de quien suscribe el presente texto.
En la misma se esbozó a grandes rasgos la trayectoria de Cases con Llach, su reencuentro en el año 2013 en el llamado “Concert per la Llibertat”, acontecido en el Camp Nou, germen del citado registro discográfico que el compositor efectuaría al año siguiente. También hubo lugar para las características inquietas que caracterizan a Cases, siempre con nuevos y sugerentes proyectos en mente, como el inminente lanzamiento de nuevas ediciones discográficas, caso de la titulada Espirituales.
Además se mencionó la esperadísima caja con cuatro discos que compila cuatro obras inéditas del artista, que prevé editar el sello Rosetta durante este mes de septiembre, y que contendrá la serie estrenada en TV3–Televisió de Catalunya titulada Des del balcó, su colaboración con Ventura Pons en Mil cretins; la obra nominada al goya Oviedo Express; y finalmente, un disco dedicado a solos de piano. La caja, contará también con un pequeño estudio titulado Carles Cases: Hijo de la Música, escrito por un servidor, en el que se analizan las características de estos trabajos y del conjunto de su obra.
Pero dejando atrás la introducción y volviendo al concierto, hay que decir que este discurrió por los cauces esperados, yendo de menos a más, conforme se fue caldeando el ambiente emocional que transmiten las intensas melodías de Llach, que incluyeron canciones como “Que tinguem sort”, “Vaixell de Grècia”, “El jorn dels miserables”, todas del álbum I si canto trist; “Tinc un clavel per a tu” y “Amor particular”, incluidas en el disco T’estimo; “Alè”, de Astres, y también algunas tan emblemáticas como “La Gallineta” y “País petit”, de Verges 50.
La complicidad entre Cases, Farrés y Cordero se hizo patente en numerosas ocasiones, dejando constancia que llevan rodados muchos kilómetros y muchas tablas a cuestas, de modo que el pianista tuvo que ofrecer hasta tres bises para satisfacer a un público entusiasta que se negaba a abandonar el recinto tras la indispensable conexión establecida con los artistas. Un recital que perdurará en el recuerdo de los asistentes, tanto como en el de los propios músicos. Ellos mismos así lo confesaron.
Artículo escrito por Frederic Torres