Concierto de Michael Nyman en Sevilla
El pasado 22 de mayo de 2018 el compositor inglés Michael Nyman cerraba la temporada musical del Teatro Lope de Vega de Sevilla con un éxito rotundo. El cartel de NO HAY ENTRADAS y SOLD OUT dejaban constancia de lo muy querido que es el compositor en la ciudad hispalense. Nyman ya estuvo allá por el año 2016 (el 6 de mayo, hace casi 2 años) abriendo la programación internacional del Espacio Box Sevilla.
PERO ¿QUIÉN ES MICHAEL NYMAN?
Michael Nyman es uno de los compositores británicos más innovadores y aclamados cuyo trabajo abarca operas, cuartetos de cuerda, bandas sonoras y conciertos orquestales. Mucho más que un mero compositor es además intérprete, director, pianista, escritor, musicólogo, fotógrafo y cineasta. Considerado como un “hombre del renacimiento”, su inquietud creativa y su polivalencia artística le han convertido en uno de los iconos culturales más fascinantes e influyentes de nuestro tiempo.
Nacido el 23 de marzo de 1944, el compositor estudió con el académico Thurston Dart, experto en música barroca en el King’s College de Londres.
Una extensa colaboración con el director de cine Peter Greenaway (“El cocinero, el ladrón, su mujer y su amante”, “El Contrato del Dibujante” y “La Tempestad”, entre otros títulos) o la aclamada “EL PIANO” (1993) de Jane Campion (fantástica música que el mismo compositor tuvo la generosidad de firmarme en un encuentro casual con él antes del concierto) le hicieron posicionarse entre los compositores de mayor talento para el cine.
Ha sido nominado por la Academia Británica para los BAFTA y también recibió nominaciones para el Globo de Oro. Es un compositor alejado de la pirotecnia de Hollywood, no obstante, tiene entre sus partituras los largometrajes “Gattaca” (Andrew Niccol), “Ravenous” (Antonia Bird) y “El Fin del Romance” (Neil Jordan), recayendo la mayoría de sus trabajos en filmes europeos.
Muchas de las obras de Nyman han sido escritas para su propio conjunto, la Michael Nyman Band, que fue creada en 1976 para una producción de Carlo Goldoni titulada ‘Il Campiello’. El conjunto estaba compuesto originalmente por instrumentos antiguos como el rabel y la chirimía junto a instrumentos modernos como el saxofón (incluido para conseguir un sonido lo más fuerte posible sin usar amplificación), pero pasó a usar un cuarteto de cuerda amplificado, tres saxos, trombón bajo, contrabajo y piano. La formación ha sido modificada para algunos trabajos, pero que ha permanecido estable desde entonces, y ha otorgado a la música de Michael Nyman un sonido único.
UNA DE CAL Y TRES DE ARENA, SIR NYMAN
Mi “hype” y expectación para el concierto estaba seguramente codeándose con las nubes, y no era para menos. Todo estaba a favor; el maestro Nyman, su banda, y escuchar en directo la BSO creada para un documental dirigido por él mismo: “War Work: 8 Songs with Film”.
WAR WORK: 8 SONGS WITH FILM
Tomando la poesía de la Primera Guerra Mundial como su inspiración, Nyman ha creado aquí un ciclo de la canción elocuente («un ensayo de película», como él lo describe), presentado en dos grupos de cuatro canciones, cada una precedida por varios movimientos instrumentales. Todos los textos fueron escritos por poetas que, con la excepción del artista y poeta inglés David Bomberg, perdieron la vida con tristeza durante la Primera Guerra Mundial.
El punto de partida de la música es el título de una serie de poemas del escritor francés Gaston de Ruyter (derribado el 7 de octubre de 1918) – ‘Chansons vielles sur d’autre airs’ (‘Viejas canciones para otras melodías’). Los “chansons vielles” son poemas de poetas ingleses, franceses, alemanes y húngaros (en su mayoría cantados en sus idiomas originales) y los “autres airs” son de compositores ingleses, franceses, alemanes, austrohúngaros, polacos e italianos del siglo XVII y siglo XIX.
Es decir, rizar el rizo y una “compresión sin pérdida” del multidisciplinar autor sobre el escenario.
En los días previos al concierto y como trabajo de documentación, estuve escuchando la música de manera aislada e intentando dar con el documental para poder verlo y así entender lo que el músico ha intentado expresar mediante la conjunción música-imagen. Esto último me fue imposible y asistí al concierto encantado y enamorado de la música, pero sin ver el proyecto audiovisual.
MICHAEL NYMAN BAND LIVE
Una vez todos los músicos estaban correctamente ubicados en sus puestos, el maestro salió a escena arrancando el mayor de los aplausos.
Su piano se encontraba a la derecha del escenario y desde su posición, el virtuoso pianista tocaba las teclas con su mano izquierda mientras con la derecha dirigía la mini orquesta que forma la banda. Algo jamás presenciado por un servidor curtido en conciertos sinfónicos para música de cine. Una gozada para los presentes y un escándalo para el espectador que supiera apreciar tal puesta en escena.
Durante los tres primeros temas interpretados en el concierto un omnipresente Michael Nyman nos hacía deleitarnos con una música reconocible del autor. Una bellísima melodía con diferentes matices dramáticos, con cierta épica y virtuosismo ensoñador.
Finalizada una primera parte (por diferenciar etapas del concierto) la luz bajó de intensidad para dar paso a la proyección. Mi asombro fue que la proyección en la que íbamos a sumergirnos era el documental “WAR WORK: 8 SONGS WITH FILM”. Pude verme en tercera persona pegando un pequeño sobresalto en la butaca. Por fin iba a poder ver el documental y con su música original en directo…
La proyección comenzaba con un fondo en negro y unas letras en blanco que ponían “Directed by Michael Nyman”. Confieso que empecé a babear, mi búsqueda por aquel documental tendría su recompensa en el mejor escenario posible.
Pero veamos primero un texto sacado de la web oficial del compositor:
Me hallo en desacuerdo total con la última frase. No desmerezco en absoluto el valor histórico que tienen las potentísimas imágenes y vídeos expuestos en el documental, pero la brillantez que el autor tiene como músico se ve lastrada como realizador.
El documental no deja de ser una sucesión de fotos y vídeos que nos remueven algo interiormente, por la crudeza de las mismas, pero en conjunto es un despropósito. Una música de una energía dramática que es incapaz de abrazar a las imágenes y dar sentido; las imágenes y la música siguen rumbos distintos, direcciones opuestas, imposibles de cohesionar.
La ausencia de una voz en off o unos intertítulos, que era un recurso fundamental en el cine mudo, hubiesen ayudado al espectador a digerir un documental fallido, inundado de una excelente música que no está al servicio de lo que estábamos viendo.
Es, por tanto, que debo confesar que lo más estimulante de la noche se convirtió por momentos en tedioso. Y digo por momentos, porque tomé la decisión de desconectar de las imágenes y centrarme en una música que sonaba increíble y la cual me tiene enamorado. Fijé mi mirada en la impecable orquesta, en la enérgica voz de Marie Angel y en la capacidad precisa de tocar y dirigir a la vez de Sir Nyman.
A pesar de lo antedicho, al finalizar la función me levanté de mi butaca como el espectador más entusiasmado para acompañar a TODOS los allí presentes, para fundirnos en la mas cariñosa despedida de aplausos que duró cincos minutos (en mi caso, sólo por la música).
Artículo escrito por Rafael Melgar
Fotos por MissSoez · Ilustración y Diseño
