Ennio Morricone – Farewell Maestro – Buen Viaje Maestro – Artículo Especial
Ayer lunes 6 de julio, nos despertábamos con la triste noticia del fallecimiento del Maestro Ennio Morricone en Roma a los 91 años (leer más).
Hoy desde SoundTrackFest queremos seguir homenajeando al Maestro y a su inmenso y crucial legado musical, con un artículo especial muy personal, escrito por Gorka Oteiza, Fundador y Director de SoundTrackFest.
ENNIO MORRICONE - FAREWELL MAESTRO - BUEN VIAJE MAESTRO
Me resulta bastante difícil poder decir cuál fue mi primer contacto con la música de Ennio Morricone. Creo que desde pequeño he estado expuesto a su obra sin ser consciente de ello. A mi padre le encantaban las películas del Oeste (esas que ahora se llaman “westerns”), y todos en casa conocíamos los icónicos temas que Morricone había creado para las películas de Sergio Leone que tantas veces habíamos visto en la tele -incluso mi madre los tarareaba de vez en cuando-, aunque quizás no fuéramos capaces de atribuírselos a él.
Creo que mi primera experiencia consciente, fijándome en la música como tal, fue con ‘Érase una vez en América / Once Upon a Time in America (1984)’, estrenada en España en 1985. Una película que a mis 13-14 añitos, me impactó tanto por su contenido, como por su majestuosa banda sonora. Creo que de ahí viene que el ‘Tema de Deborah’ haya sido mi pieza favorita de Morricone de siempre -un bonus que esperaba encontrar en todos los conciertos temáticos de la música del maestro, pero que no siempre ocurría-.
Poco después llegaba esa obra maestra qué es ‘La Misión (1986)’, considerada por muchos la mejor creación de Ennio Morricone, y definitivamente, una banda sonora que quedará registrada para siempre en los libros de historia: tanto de la historia de la música como de la historia en general.
‘La Misión’ fue uno de los primeros CDs de música de cine que compré; uno que no paraba de escuchar y de saborear continuamente, en unos tiempos en los que no existía Internet tal y como lo conocemos hoy en día, y era complejo disfrutar de una banda sonora si no era visionando la película, y prestando especial atención a las maravillosas suites que siempre han acompañado los títulos de crédito.
No voy a dedicar mucho espacio a recalcar lo que todos hemos sabido siempre, ‘La Misión’ tuvo que ser incuestionablemente el primer Óscar de Ennio Morricone en 1987. Un Óscar que se llevó ‘Round Midnight’ de Herbie Hancock, y por el que también competían ‘Aliens: El regreso’ de James Horner, ‘Hoosiers’ de Jerry Goldsmith y ‘Star Trek IV’ de Leonard Rosenman.
A partir de ‘La Misión’, siempre estuve atento a cada nueva película que viniera firmada de la mano de Ennio Morricone, y a la que pudiera acceder. Así descubrí verdaderas joyas como Los Intocables (1987), Cinema Paradiso (1988), Bugsy (1991), Sostiene Pereira (1995), La Leyenda de 1900 (1998), Malena (2000), Misión a Marte (2000) o El Juego de Ripley (2002), por mencionar algunas de las muchas bandas sonoras que el Maestro componía cada año.
En los años 90 y estando cursando la carrera en la Universidad, Internet comenzaba a despuntar poco a poco, y una red de foros y noticias llamada ‘Usenet’, era lugar para todo tipo de conversaciones variadas. En uno de esos foros encontré un grupo de usuarios que compartían apasionadas charlas sobre música de cine y sobre Ennio Morricone, aderezadas con primitivos archivos de audio, de bandas sonoras de películas italianas poco conocidas de su filmografía. En muchos casos eran piezas extraídas directamente de la película, y de las cuales no había y probablemente no iba a haber nunca edición musical. Fue en ese momento cuando me di cuenta del amplio registro que el Maestro Ennio Morricone disponía, fuera del circuito conocido y más comercial.
Si algo se puede destacar de Ennio Morricone ha sido su increíble capacidad para componer, su genialidad para darnos melodías inolvidables, su impresionante variedad de estilos, y su admirable obra y trabajo, con una prolífica carrera que nos deja más de 500 obras para el cine, sin contar sus obras experimentales y sus obras para concierto; otra faceta que el maestro también cultivaba siempre que podía. En sus tiempos más prolíficos de los años 60-70-80, Morricone componía para una media de 8-10 películas al año, aunque es verdad que algunas de ellas tenían 30 minutos de música o menos. Por poner sólo un ejemplo, en 1972 tiene acreditadas ¡¡29 películas en IMDB!! (enlace)
Galardonado en multitud de ocasiones con infinidad de premios en festivales, galas, y congresos, en diciembre de 2001 tuve la oportunidad de verle por primera vez en concierto. Ennio Morricone recibía un premio a toda su carrera en Bilbao dentro de la 43ª edición del Festival ZINEBI, el Mikeldi de Honor, y se celebraba un concierto especial dedicado a su música, que dirigía su hijo Andrea Morricone. Recuerdo estar en el patio de butacas embelesado por su música, y mirar hacia arriba al palco de honor, desde donde el maestro agradecía las muestras de cariño de la audiencia y bajaba a recoger el premio de manos del alcalde de la ciudad, Iñaki Azkuna.
Los Oscars tardaron años en enmendar su error de 1986 con Morricone, ofreciéndole primero un Óscar honorífico en 2006, cuando ya contaba con 78 años, Óscar que recibió de la mano de Clint Eastwood, quien hizo de traductor de su discurso de italiano a inglés.
Posteriormente, le llegaría su primer y único Óscar a la mejor banda sonora, recibido en 2016 por ‘Los Odiosos Ocho (2015)’, cuando ya contaba con 87 años de edad. En esta ocasión, Morricone compartía nominación con otro de los más grandes compositores de música de cine que han existido, y que afortunadamente todavía tenemos entre nosotros: John Williams (nominado por ‘Star Wars: The Force Awakens’).
El abrazo que Williams le da a Morricone cuando éste es anunciado como ganador, es un abrazo que viene del corazón, y es algo que cuesta olvidar. Al igual que cuesta olvidar a un emocionado Morricone recogiendo el galardón, quien comenzaba su discurso con una mención especial a John Williams, y terminaba dedicando el premio a su mujer María Travia, con la que ha estado 55 años casado (desde 1965), y a la que agradecía por su cariño, paciencia y amor, en cada ocasión que tenía.
En los últimos años ha sido poco frecuente ver a Ennio Morricone componer la banda sonora de alguna película. Tal y como él mismo dijo, a un par de meses de cumplir 90 años ‘No me importa estar en el podio dirigiendo una orquesta durante dos horas, pero me retiro de la música cinematográfica porque escribir bandas sonoras es muy agotador. En el cine, la música debe estar bien para mí y para el público, hay muchas responsabilidades y prejuicios’. (leer más).
Probablemente sea por esto por lo que en los últimos 5 años Morricone no había dejado de llevar su música en concierto año sí y año también, por todas las grandes ciudades Europeas en diversas giras. La avanzada edad del maestro hacía presagiar que cualquiera de estas giras podría ser la última, hasta que efectivamente llegó el anuncio de que la gira de 2019 sería su gira de despedida (leer más). Ennio Morricone ofreció su último concierto en directo en la ciudad italiana de Lucca el 29 de junio de 2019, a la nada desdeñable edad de 90 años (ver noticia). Se cerraba un ciclo y el fin de una era.
Al hilo de esta gira, voy a dar un breve salto hacia atrás… Hasta 2017-2018, hace unos 3 años, cuando estando cubriendo varios conciertos Europeos de esas giras para SoundTrackFest, y estando en contacto con el equipo encargado de la misma, se fraguó una posibilidad de conocer y de entrevistar al maestro en persona.
El tema es que con la intención de promocionar la gira, se estaba planteando llevar a cabo una rueda de prensa en alguna ciudad Europea… ¡o incluso en la propia casa del maestro en Roma! A dicho evento íbamos a tener la fortuna de poder acudir algunas personas especializadas en escribir sobre música de cine, teniendo -al menos en mi caso- la opción de entrevistar posteriormente en persona, y de forma muy breve, al Maestro Ennio Morricone.
Por diversos motivos, esa rueda de prensa se fue posponiendo a lo largo de casi un año, y al final jamás se celebró. De todos es sabido lo poco propenso que era Morricone a conceder entrevistas o a participar en actos públicos. Pero durante todo un año, esa pequeña esperanza estuvo rondando en mi cabeza: preparado para dejar todo en cualquier momento, y preparado para coger un avión a donde hiciera falta.
No sé lo que le habría preguntado, y tampoco sé de lo que habríamos hablado. Tenía muchas ideas apuntadas, pero ninguna entrevista preparada en concreto ¿Qué se le pregunta a una persona que ha dado cientos de entrevistas y a la que ya le han preguntado de todo? Probablemente le habría preguntado por la motivación que hace que una persona que puede tener todo lo que quiera, y que ya ha hecho de todo en la vida, siga viajando y dando conciertos con una edad tan avanzada. Pero no me hacía falta lanzar la pregunta. Creo que internamente, ya me sabía la respuesta… la pasión de Morricone por crear música y su pasión por compartirla con la gente, no tenía límites, salvo los límites físicos impuestos por la salud.
Y es esa salud tan delicada la que nos ha preocupado desde hace tiempo a los aficionados a la música de cine. Aficionados (y no tan aficionados), que hemos estado constantemente temerosos de recibir malas noticias desde Roma, debido a la edad del Maestro, y más todavía en estos tiempos tan convulsos, en los que tenemos una pandemia global de coronavirus azotando al planeta.
Desafortunadamente, ayer lunes 6 de julio de 2020 nos llegaba la mala noticia. Una triste noticia que sabíamos que algún día nos tenía que llegar, pero que nunca hemos estado preparados para aceptar: Ennio Morricone ya no está con nosotros.
La vida es un viaje, y lo importante cuando se llega al final, es haber disfrutado del camino. Morricone, a sus 91 años, ha tenido una vida plena, fructífera, y llena de música. Y en su caso, no solo ha disfrutado del camino, sino que nos lo ha hecho disfrutar a los demás.
Maestro Ennio Morricone, tu viaje aquí ha terminado. Gracias por darnos la música que guiará el nuestro.
Ennio Morricone (10 de Noviembre de 1928 – 6 de Julio de 2020)
Artículo y fotos por Gorka Oteiza