Fernando Velázquez y la OSN – Concierto ‘Una noche de música y cine’

El viernes 8 de marzo, la Orquesta Sinfónica de Navarra (OSN) dirigida por Fernando Velázquez, ofreció en el recinto Baluarte de Pamplona (Navarra) un concierto titulado ‘Una Noche de Música y Cine’, con un programa dedicado a la música de Velázquez en las películas de J.A. Bayona (ver noticia).

 

Gorka Oteiza acudió al concierto, y nos ofrece este artículo detallado sobre dicha velada para SoundTrackFest.

 

EL CONCIERTO

Pamplona fue el escenario el pasado 8 de marzo del concierto titulado ‘Una Noche de Música y Cine’, el cual durante casi hora y media, hizo un repaso a los títulos más importantes que unían la carrera del compositor Fernando Velázquez con la del director de cine Juan Antonio Bayona.

 

El concierto, a cargo de la Orquesta Sinfónica de Navarra dirigida por el propio compositor, se llevó a cabo en el recinto Baluarte, un edificio de carácter moderno y muy funcional, con un auditorio principal con capacidad para unas 1000 personas (quitando el nivel superior), que tuvo una ocupación aproximada de tres cuartas partes de sus butacas.

 

Nada más entrar en la sala, podíamos ver al fondo el escenario ocupado por las sillas y atriles de la orquesta, además de los instrumentos de percusión/piano/arpa/celesta en sus ubicaciones habituales, en un concierto que tal y como indicaba el programa de mano, no iba a contar con un coro.

 

 

Destacar que cada una de las suites era una única pieza que se interpretaba de principio a final de tirón, sin ser como en otras ocasiones varios temas sueltos interpretados seguidos, con breves pausas entre ellos. Debido a la estupenda estructura narrativa de todas estas suites, ninguna de ellas se hizo larga o pesada, sino todo lo contrario. Durante los 18 o 19 minutos de ‘El orfanato’, ‘Lo imposible’, o ‘Un monstruo viene a verme’, pudimos observar cómo se nos estaba contando de forma resumida la película, dando lugar a una historia en sí misma con la suite, pero en formato musical, sin imágenes.

 

Y cuando digo sin imágenes, lo digo de forma figurada, puesto que realmente sí que se estuvieron proyectando imágenes durante el concierto; imágenes estáticas de fotogramas significativos de las películas, muy bien intercaladas con una realización en directo que incluía planos de los músicos, de la orquesta y Velázquez dirigiendo, pero sin embargo no se proyectaban vídeos sincronizados. Un acierto hacerlo de esta forma, ya que los vídeos distraen sobremanera la atención del verdadero protagonista: la música.

 

Indicar que la proyección se hacía sobre las tres paredes del escenario del teatro (laterales y fondo), que tenían una superficie de madera y en las cuales no se terminaba de ver bien el detalle de lo que se estaba mostrando, pero sin embargo hacían que las proyecciones no distrajeran en exceso de la música, y aportarán simplemente una nota de color adicional, apoyada con el refuerzo de los focos laterales que iluminaban en momentos concretos durante las piezas.

 

El concierto estuvo sonorizado y amplificado, para ecualizar el balance de los instrumentos de la orquesta, y hacer así que la mezcla sonara homogénea.

 

Pero dejemos de lado los “detalles técnicos” y hablemos del concierto, el cual arranca casi puntual, pasados 5 minutos de las 20h, con la Orquesta Sinfónica de Navarra entrando en el escenario y seguido el director y compositor, Fernando Velázquez, recibiendo ambos un gran aplauso de la audiencia. Antes de empezar con la primera suite, Velázquez explica brevemente el formato que va a tener el concierto, indicando que antes de cada pieza nos dará una pequeña explicación sobre su historia y su significado, para que a posteriori cuando la escuchemos, podamos comprender un poco mejor el trabajo que hay detrás y el sentido de la misma.

 

Así, comenzamos la velada con una suite de El Orfanato, con su tema principal presente en múltiples partes y que alterna entre momentos de tensión, de angustia, y de horror, para dar vueltas y giros diversos, intercalados con momentos de calma, hasta llegar a una estupenda conclusión al final de sus 19 minutos, dónde como ya había comentado Velázquez previamente, el tema principal va bajando y creando incertidumbre, para abrirse al final.

 

Un gran aplauso de la audiencia sigue al final de la pieza, y nuevamente Velázquez coge el micrófono para presentar la siguiente suite, Lo Imposible, explicando cómo acorde al estilo de la música “gamelan” del sudeste asiático, el tema principal sigue una escala pentatónica, llegando así a ambientar y a ubicar la banda sonora en Asia de una forma sutil.

 

La suite, que yo ya había tenido la oportunidad escuchar anteriormente en otros conciertos, es una verdadera delicia, puesto que arranca con la sección de percusión “in crescendo”, creando tensión y desasosiego, y emulando así las acciones de esa terrorífica ola del tsunami, que va creciendo hasta llegar a la costa y arrasar con todo. A lo largo de esta suite, los efectos de luces acompañan a la música en varios momentos, simulando patrones de agua de una forma muy adecuada. Destacar el momento principal de la suite en el cual el solo de violonchelo, transmite toda esa emoción y tensión de una familia separada que intenta encontrarse nuevamente, dando con su dulzura un halo de esperanza ante tanto caos y adversidad. Una familia que busca una reunión y un final feliz, que llega en los últimos momentos, y que acaba musicalmente de manera similar a como había comenzado, de una forma suave, pausada y quieta, disminuyendo la intensidad, como unas aguas que vuelven a su cauce. ¡¡Maravillosa!!

 

Un gran aplauso da paso nuevamente a las explicaciones del director, quien comienza alabando a la Orquesta Sinfónica de Navarra y a su trabajo y calidad, con la cual ya grabó la banda sonora de El Guardián Invisible en 2017, y con la que indica que espera poder hacer nuevas grabaciones próximamente. Seguido habla sobre la película El secreto de Marrowbone, que si bien no está dirigida por Juan Antonio Bayona, tiene como director y guionista a Sergio G. Sánchez, quien había sido guionista de ‘Lo imposible’ y ‘El Orfanato’, con lo que nos pide que le permitamos la licencia que se ha tomado de incluir esta pieza en el programa.

 

La música arranca a golpe de batuta, y siendo está suite la más breve de todo el concierto, también es una de las más sentidas, puesto que transmite y refleja el sufrimiento de una familia que quiere dejar atrás su pasado, pero que por mucho que lo intente, no consigue que las cosas salgan como esperaban, reflejándose las tensiones y los sufrimientos en los diferentes giros que hace la música, pero dando momentos de respiro cuándo entran en acción tanto el arpa como la celesta.

 

Ya son poco más de las 21h, ha pasado una hora de concierto, y hay que reconocer que hasta el momento se ha hecho muy breve. Nuevamente micrófono en mano, Velázquez comenta en esta ocasión la música de Un monstruo viene a verme, cuya banda sonora le supuso un Premio Goya. Era su tercera nominación, y parece ser que por fin a la tercera fue la vencida. Velázquez comenta como en casa bromeaban con las dos anteriores nominaciones, en las que no había resultado vencedor, diciendo “Tú tranquilo Fernando… para qué queremos un Goya sí ya tenemos un Velázquez!”. Pero no hay mal que por bien no venga, y a base de insistir, ¡la tercera fue la vencida!

 

Fernando Velázquez aprovecha además para contarnos un secreto… La primera colaboración que tuvo con Juan Antonio Bayona fue en el 2002 con el cortometraje El hombre esponja (curiosamente, protagonizado por Zoe Berriatúa, conocido de SoundTrackFest por su película ‘En Las Estrellas’ donde pudimos entrevistarle – ver artículo). Bien, pues Velázquez nos cuenta cómo el tema principal de El hombre Esponja y el de Un monstruo viene a verme son el mismo, pero cambiando ligeramente el ritmo y los acentos de la música, y nos pide que nos fijemos con atención en las dos próximas suites. Esta revelación sorprende bastante a la audiencia, pero como ambas suites vienen seguidas en el programa, enseguida podremos comprobar si es cierto.

 

Comienza una completa y muy narrativa suite de Un monstruo viene a verme, de 18 minutos de duración, donde el tema principal aparece en múltiples ocasiones y nos transporta a los diferentes y difíciles momentos que el protagonista ha de pasar durante la película, luchando con sus demonios interiores. Una suite muy intensa, muy variada, y muy bien interpretada por la orquesta. Merecido Premio Goya en 2017 (para la película de 2016).

 

Y cuando ya estamos a punto de llegar al final del concierto, Velázquez nos da la última explicación de la noche, donde comenta que conoció a Juan Antonio Bayona a través del director Koldo Serra, amigo y vecino suyo, quién curiosamente hoy mismo, 8 de marzo, estrena en toda España su última película 70 BinLadens (de la que le podéis leer un artículo especial en el siguiente enlace – ver artículo), y nos explica cómo esta presentación le llevó a su primera colaboración conjunta con Bayona en el cortometraje El hombre esponja.

 

Dejando el micrófono y tomando la batuta, la Orquesta Sinfónica de Navarra bajo las indicaciones de Fernando Velázquez aborda la última suite, El hombre esponja, que arranca suave al piano, para enseguida coger la melodía del tema principal, donde claramente podemos ver que efectivamente es la misma que la de la suite anterior, pero cambiados los acentos y los tiempos. La suite sigue avanzando, para poco a poco ir cogiendo fuerza y ritmo, llegando una parte final heroica, donde los metales toman todo el protagonismo y acaban proporcionando un gran empujón de adrenalina.

 

Son las 21:30h, el concierto ha terminado, y el público aplaude con ganas y emoción; y no es para menos, puesto que hemos podido escuchar y disfrutar de un concierto muy bueno, estupendamente interpretado por la Orquesta Sinfónica de Navarra, y perfectamente dirigido por Fernando Velázquez, ya que no hay nadie que conozca mejor su música que el propio compositor.

 

Ante los gestos de Velázquez de que la noche ya se ha acabado, el público responde vitoreando y aplaudiendo más fuerte, y es que a pesar de abandonar el compositor el escenario y volver a salir en una segunda ocasión con intención de marcharse definitivamente, tiene que salir una vez más para contentar al público, y ofrecer un breve bis, que claramente tanto él como orquesta no esperaban dar.

 

Este bis fue el minuto que compone la parte final de la suite de El hombre esponja, la parte épica y heroica, con la cual Fernando Velázquez y la orquesta se despidieron del público, esta vez sí, de forma definitiva, hasta una próxima ocasión.

 

En resumen, un concierto de casi hora y media sin interrupción, estupendamente interpretado y muy bien dirigido, y con una deliciosa selección de música en formato suites completas de cada película.

 

Como anécdota, destacar que tras la explicación del propio Velázquez, fue curioso comprobar cómo el tema de Un monstruo viene a verme (2016) y el tema de El hombre esponja (2002) (suites que acertadamente fueron programadas una detrás de otra), eran casi idénticos, pero cambiando ligeramente el ritmo y los acentos de la música.

 

Y así, tras haber disfrutado de un concierto estupendo, me marcho de la sala tarareando el tema de El hombre esponja, y con una curiosa reflexión en la cabeza… Fernando Velázquez ya había ganado el Goya en 2002, 14 años antes de que se lo dieran a por Un monstruo viene a verme… lo que pasa es que él todavía no lo sabía.

 

Artículo escrito por Gorka Oteiza