Librecon Videogames Concert – Resumen
El pasado miércoles 21 de noviembre, y dentro del congreso tecnológico LIBRECON celebrado en Bilbao (Bizkaia), se contó con la presencia de la compositora y directora de orquesta Eimear Noone, quien aportó su música a la inauguración, ofreció una charla/conferencia durante el congreso, y además dirigió un concierto sinfónico dedicado a la música de video juegos antiguos a cargo de la Bizkaiko Orkestra Sinfonikoa (BIOS Orkestra).
Felipe Múgica, colaborador habitual de SoundTrackFest, acudió al concierto, celebrado en el Palacio Euskalduna Jauregia y que contó con SoundTrackFest en las labores de dirección técnica y producción, y nos cuenta su experiencia en este artículo.
ENLACES ADICIONALES DE INTERÉS
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EL CONCIERTO
Hace tiempo ya que no es exagerado decir que el sector de los videojuegos se ha convertido en un escenario perfecto para la composición de bandas sonoras, sin envidiar a la composición para el medio cinematográfico. El desarrollo tecnológico tanto en gráficos como en la opción de añadir música plenamente orquestal de acompañamiento a los desarrollos de los jugadores, dio la oportunidad a los compositores de desarrollar su talento a través de esta forma creativa.
Consecuencia de esto, surgió la iniciativa de la celebración de conciertos donde fans de todo el mundo pudieran escuchar de la música de los juegos que han disfrutado durante tantas horas, interpretada por prestigiosas orquestas internacionales.
Esta experiencia se ha extendido asimismo al mundo de los videojuegos retro. Antiguamente, la tecnología 8-bits no daba lugar a más allá de músicas simples con midis o electrónica, pero el impulso de innumerables nostálgicos de estos juegos ha logrado que sus retentivas melodías sean interpretadas también mediante orquestas plenamente sinfónicas.
En este terreno es donde se ubica el concierto que pudimos disfrutar en Bilbao, en el Palacio Euskalduna (Sala A1) el pasado 21 de noviembre. Bajo la batuta de Eimear Noone (toda una especialista en dirigir multitudinarios conciertos de BSOs de videojuegos) e interpretado por una selección de músicos de la Bizkaiko Orkestra Sinfonikoa (BIOS Orkestra) (20 en total), se ofreció una pequeña pero muy selecta recopilación de temas musicales de videojuegos antiguos. Se podría decir que se trató de una versión a escala de los masivos conciertos que suele celebrar esta directora: reducida formación orquestal (cuerdas, batería, algunos vientos madera…) y también ajustada duración, que se ciñó a poco más de una hora.
El evento se celebró en el marco del LIBRECON, feria tecnológica que tenía lugar esos días en la capital bilbaína, a la que se debe reconocer el mérito de que todo se pudiera llevar a cabo. LIBRECON fue la promotora del evento, que tuvo el patrocinio de Fitlearning by Systems Group, Systems y Acorde Music Supervision, junto con SoundTrackFest en las labores de dirección técnica y producción a través de Gorka Oteiza, quien también presentó el concierto.
Pasando a valorar lo que fue el concierto, de entrada comentar que los temas musicales estuvieron acompañados de imágenes de cada juego correspondiente; esto ayudaba no solo a relacionar la música con su obra (y captar de paso el factor nostálgico del público), sino que también, tal vez involuntariamente, servía para mostrar un reflejo de la evolución de los videojuegos a lo largo de los años.
El factor nostálgico y la complicidad con el público eran lo buscado desde el inicio por la anfitriona Eimear Noone (dando muestras, por cierto, de notable simpatía): cuando empezó el primer tema, perteneciente a Sonic the Hedgehog (de Masato Nakamura), le pidió a los asistentes que corearan la musiquilla de arranque de la consola de Sega.
Después de este arranque simpático, una pausa de presentación de la directora y varios clásicos más: Monkey Island (Michael Land), Tomb Raider (Nathan McCree) y Chrono Trigger (Yasunori Mitsuda). Tratándose de composiciones para juegos de aventuras, no se podía esperar más que se tratara de música animada y marchosa, de escucha muy disfrutable y amena incluso para los ajenos a estas piezas.
Tras otra pausa explicativa de Noone, fue el turno de uno de los juegos de música más popular (aunque se trate de una canción tradicional rusa), este es, el Tetris; la versión orquestal que se interpretó sonó estupendamente bien.
A continuación, la música de Mario Bros (Koji Kondo), uno de los temas más simpáticos y retentivos de la velada; seguido de la también entrañable música de Donkey Kong Country (David Wise), que casi conseguían que los asistentes tararearan los temas interpretados.
Seguido vino, Final Fantasy VIII-Liberi Fatali (Nobuo Uematsu), tal vez uno de los temas más épicos y también más incidentales del concierto, donde a su comienzo la orquesta se convirtió en coro para arrancar con el tan conocido “Fithos Lusec Wecos Vinosec”.
Con esto se terminaba el programa del concierto, pero no fue sorpresa para ninguno de los asistentes el que habría un bis y que este sería, naturalmente, The Legend of Zelda (Koji Kondo), no solo por la popularidad del videojuego sino también por su épico y recordado tema principal, cuya ausencia hubiera sido imperdonable en un concierto como este.
Y con esto fue como terminó la velada, dejando, no se puede decir otra cosa, un buen sabor de boca entre los asistentes. No solo la interpretación de la selección de músicos de la BIOS Orkestra (Bizkaiko Orkestra Sinfonikoa) fue impecable, sino que también la selección musical fue altamente satisfactoria, lo que dio lugar a un concierto muy entretenido y sin altibajos; junto a una ajustada duración, que no daba pie a una posible saturación del público y la adecuada acústica del recinto.
Sumado a ello también la simpatía de la directora Eimear Noone, que sabía cómo ganarse a la audiencia; y, por último también, a la complicidad del público gracias al efecto nostalgia.
Satisfactoria experiencia, por tanto, y solo queda esperar que tenga continuidad y podamos volver a disfrutar de actos como este en Bilbao.
Artículo escrito por Felipe Múgica