Mostra de València-Cinema del Mediterrani 2023 – Artículo especial

Nuestro compañero Frederic Torres estuvo presente en la 38ª edición de la Mostra de València-Cinema del Mediterrani, celebrada del 19 al 29 de octubre de 2023 (leer más) y nos deja aquí un extenso artículo especial en exclusiva para SoundTrackFest.

 

NOTA: Los artículos de las ediciones anteriores se pueden ver aquí (2022, 2021 y 2019):

https://soundtrackfest.com/es/tag/mostra-de-valencia-cinema-del-mediterrani/

 

Crónica Conciertos Mostra de València-Cinema del Mediterrani, 2023

Como ha sido habitual en los últimos años desde que se reactivara la Mostra, la Banda Simfònica de València, preparó e interpretó el concierto correspondiente con motivo de la celebración del Festival con la importante novedad de retornar al reabierto Palau de la Música, después de la rehabilitación-restauración llevada a cabo en el emblemático edificio musical de la ciudad, que ha ocupado varios años.

 

Y lo hizo a lo grande, el jueves 26 de octubre, superado ya el meridiano de la Mostra, con un concierto dedicado exclusivamente al gran Nino Rota, a cargo de Miquel Rodrigo i Tamarit, director titular y artístico de la Banda, quien como si de un surrealista homenaje a Fellini se tratara, se vio inmerso en un pequeño incidente al elevarse por error el podio en el que el director estaba subido junto al atril hasta casi tocar el techo ante la sorpresa del respetable y el pequeño susto del director, que se vio por las alturas nada más subir al podio del Palau, en una extraña circunstancia que recordó a muchos la secuencia de apertura de La Dolce Vita, cuando un helicóptero elevaba y paseaba una enorme estatua de Jesucristo sobre los cielos de Roma.

Mostra de València-Cinema del Mediterrani 2023

 

Superado el accidente, que quedó como la anécdota de la noche, el concierto se condujo por los derroteros esperados, con la calidad y excelencia que la formación impone a sus interpretaciones, especialmente ajustadas en el repertorio rotiano, que se adecuaba como un guante a la Banda, exenta de cuerda (exceptuando algunos contrabajos), y con grandes bloques de clarinetes y saxofones (haciendo las veces de violines, violas y cellos).

 

Así, el concierto comenzó con Giulietta de los Espíritus, una pieza poco interpretada en los homenajes dedicados a Rota y que inmediatamente consiguió hacer olvidar el incidente sufrido por Rodrigo i Tamarit, quien de manera casi inmediata puso toda la carne en el asador con la suite dedicada a Muerte en el Nilo, la adaptación cinematográfica realizada en 1979, a rebufo del éxito obtenido por su antecesora, Asesinato en el Orient Express, en 1974 (con una no menos excelente partitura del británico Richard Rodney Bennett), para la que Rota compuso un extraordinario y grandioso tema central, haciendo gala una vez más de su versatilidad, capaz de adaptarse a directores tan particulares como Fellini, pero también a las demandas de la gran industria del cine.

Mostra de València-Cinema del Mediterrani 2023

 

Acto seguido, se pudo escuchar el bellísimo tema de Romeo y Julieta, un exponente de la fusión de ambas tendencias expuestas en el párrafo anterior, con una propuesta comercial, investida de las ínfulas autorales con que Franco Zeffirelli realizó su proyecto. Uno de los temas más recordados del repertorio del compositor, que sigue a día de hoy cautivando por su inspiración y hermosura. Expuesta esta parte más comercial y conocida de Rota, el director volvió a Fellini, y tras desarrollar una generosa suite de La Dolce Vita, de cerca de diez minutos de duración, la emprendió a continuación con otra suite del drama clásico Almas sin Conciencia, una de las más antiguas y menos reconocidas películas de Fellini, protagonizada por Broderick Crawford. Con ello se llegó al final de la primera parte del concierto, en el que el público asistente ya mostró su satisfacción durante el intermedio por los pasillos del Palau sobre la excelencia de la interpretación y la calidad acústica de la restaurada sala.

Mostra de València-Cinema del Mediterrani 2023

 

La segunda parte estuvo por completo dedicada al binomio Rota/Fellini, empezando por lo que es la quintaesencia de la música rotiana, la de Los Clowns, un homenaje a la figura del payaso a través de una de las películas menos vistas de Fellini, en la que las raíces circenses de la música del compositor romano quedan al descubierto y en la que cobran su máximo significado. A ella le sucedió una extensa suite sinfónica dedicada a La Strada, con todos los conocidos temas principales figurando en la misma, incluido el de la protagonista, Gelsomina, y en la que brilló especialmente el solo de trompeta, uno de los protagonistas de la noche junto al clarinete. Finalizada la pieza, la de más larga duración del concierto, fue el turno de la siempre entrañable Amarcord, en la que el gran director italiano mostró sus recuerdos de infancia hilvanados con las inmortales y populares melodías de su niñez y con el fantástico tema central como máximo conductor. También el balance personal era el protagonista de Ocho y Medio, 8 1/2, pero en esta ocasión desde una perspectiva más autoral, en la que la música de Rota ejerció de contrapunto gracias a la circense marcha de la pegadiza «Pasarela del Adiós», que acabó palmeando el caldeado público conducida a ritmo frenético por el director. Fue el final de fiesta idóneo para un concierto en el que no se produjeron los esperados bises, y en el que se echó en falta el tema central de El Padrino, uno de los grandes logros de Rota, y que todo el mundo pensó que iba a ser interpretado como bis final.

Mostra de València-Cinema del Mediterrani 2023

 

Al día siguiente, sin tregua ni descanso, el viernes 27 de octubre, el turno correspondió a la Orquesta Municipal de València (OMV), que bajo las órdenes de Leonard Slatkin, nada menos, ofreció un soberbio programa compuesto de una primera parte cinematográfica, y una segunda igualmente vistosa pero desvinculada de la especialidad al estar dedicada a Ottorino Resphiggi, con dos de sus obras más conocidas, Fuentes de Roma, y Pinos de Roma.

Mostra de València-Cinema del Mediterrani 2023

 

Slatkin abrió el concierto con una espléndida suite de El Halcón del Mar (The Sea Hawk), film de 1940 protagonizado por Errol Flynn, que contó con una magistral partitura debida a Erich Wolfgang Korngold, compositor austro-húngaro nacido en Moravia (en Brno, perteneciente hoy a la República Checa), quien recaló en Hollywood huyendo de la conflictiva Europa de entre guerras, como más de la mitad de los compositores de la época de oro de la meca del cine (Steiner, Rózsa, Tiomkin, Waxman, Firedhofer), y que por aquel entonces ya había conseguido el Oscar por partida doble a la mejor partitura por  El Caballero Adverse (Anthony Adverse, 1936), y la recordada Robin de los Bosques (The Adventures of Robin Hood, 1938).

Mostra de València-Cinema del Mediterrani 2023

 

Este Halcón del Mar contó con una fanfarria espléndidamente interpretada por la OMV, tan canónica en lo que atañe al cine de aventuras marítimas, como lo había sido El Capitán Blood (Captain Blood, 1935), también protagonizada por Flynn, una de las partituras más famosas del cine de piratas de toda la historia del cine. Entre medias un tema lírico de gran expresividad, ejecutado sobre todo en la cuerda, hijo del período romántico que Korngold insufló a su música, con el que describir la imposible historia de amor entre Geoffrey Thorpe (encarnado por Flynn), y Doña María (Brenda Marshall), antes de volver a cerrar la suite con la fanfarria inicial, en un esplendoroso crescendo. El mismo Slatkin comentó a este cronista al finalizar el concierto los vínculos de su propia familia con Korngold, al ser su madre cellista en las grabaciones cinematográficas del compositor centroeuropeo, motivo por el cual siempre profesaron una gran amistad hasta su muerte.

 

Tal vez no con el mismo arrojo, pero sí con la misma dedicación y aplomo, Slatkin afrontó a continuación la interpretación de Atmosphères, una pieza de música contemporánea debida al compositor György Ligeti, nacido en Transilvania (cuando la región pertenecía a Hungría), y de nacionalidad rumana, que más tarde se nacionalizó también austríaco, al residir allí durante gran parte de su vida. La pieza, conocida por haber sido empleada como música incidental por Stanley Kubrick en la conocida 2001: Una Odisea del Espacio (2001: A Space Odyssey, 1968), junto a otras piezas más populares como El Danubio Azul, de J. Strauss, la obertura de Así Hablaba Zarathustra, de R. Strauss, y el Ballet Suite de Gayaneh, de A. Kachaturian, fue brillantemente ejecutada por la OMV, pues la temporada anterior tuvo como uno de los leiv-motiv principales la celebración del centenario de Ligeti, con lo que la Orquestra tuvo la oportunidad de conocer de primera mano el repertorio de este genial compositor contemporáneo, fallecido en Viena en 2006. La obra, compuesta para ser interpretada por una gran orquesta de casi un centenar de instrumentistas, no cuenta extrañamente con percusión alguna, tal como señalaba en las notas al programa escritas por Joan Cerveró, acreditado director de orquesta, compositor y percusionista. El mismo Cerveró explica que en la propuesta estética de Ligeti, la micropolifonía, todos los músicos son considerados solistas, generando unas nubes sonoras en constante expansión en el tiempo, que se van conformando y deformando en sí mismas, creando una experiencia auditiva única, que es la sensación que el melómano dispone tras la audición de cualquier obra de Ligeti.

Mostra de València-Cinema del Mediterrani 2023

 

Por último, tras estas dos piezas cuya duración no rebasa los diez minutos cada una, le correspondió el turno a la suite de La Ley del Silencio (On the Waterfront, 1954), con música de un Leonard Bernstein en su primer y prácticamente único acercamiento al mundo del cine, de la mano de Elia Kazan, y por tanto, unos años anterior a la conocidísima y popular adaptación cinematográfica de West Side Story, llevada a la pantalla en 1961, aunque con una mínima participación del propio Bernstein. La suite de La Ley del Silencio se inició con un solo de trompa, de marcado acento evocador, pero también «urbano», como una especie de lamento de la ciudad («Andante (with dignity)»), al que inmediatamente siguió el «Presto barbaro», con los timbales y el metal de protagonista, correspondiente a la virulenta acción del piquete sindical con la que arranca la narración. Un pasaje absolutamente espectacular que tiene su justa correspondencia en la resolución de la suite («Allegro non troppo, molt marcato-Poco più sostenuto»), gracias a unos vibrantes scherzos de la cuerda, intermediada por el dramático y lírico tema de amor («Andante lafgamente-More flowing-Lento», y «Moving forward-Largamente-Andante come prima»), antes de alcanzar el brillante y emotivo crescendo final («A tempo (Poco più sostenuto)»). Una partitura excelente, adaptada por el mismo autor en este formato de suite para su inclusión programática en las salas de concierto, a pesar de disponer de edición discográfica de la grabación original editada por el sello especializado Intrada, hace menos de una década, en 2014.

Mostra de València-Cinema del Mediterrani 2023

 

Al respecto, es imposible dejar de lado el subtexto del concierto relacionado con alguien por completo ausente del programa, el compositor norteamericano Alex North, quien fuera el autor que se encargó de la partitura original de 2001, y que el director, Kubrick, finalmente dejó de lado en el montaje final de la película, sin siquiera comunicárselo al compositor (quien acudió al preestreno neoyorkino encontrándose con la vergonzante evidencia de la ausencia de su música), al sustituir su trabajo por el tracklist clásico-contemporáneo que tenía en mente (prueba de ello es la semejanza entre la Obertura de Así Hablaba Zarathustra y el tema central compuesto por North, que incorporaba las mismas características pirámides de metal que identifican inmediatamente la famosa fanfarria de Strauss), y que acabó por incluir la pieza de Ligeti citada y escuchada en el concierto. Asimismo, también cabe señalar a North como el damnificado compositor de La Ley del Silencio, aunque esta vez debido a voluntad, tras haber trabajado en el teatro con Elia Kazan en 1949 en la adaptación de Muerte de un Viajante (Death of a Salesman), la inmortal obra de Arthur Miller, que el mismo compositor acoplaría musicalmente para la versión cinematográfica de 1951 (y que le supuso una nominación al Oscar), y debutar en la gran pantalla con Un Tranvía Llamado Deseo (A Streetcar Named Desiere, 1951), para a continuación trabajar juntos en ¡Viva Zapata! (Viva Zapata!, 1952), obteniendo sendas nominaciones a la preciada estatuilla por ambas partituras e iniciando lo que parecía iba a ser uno de los grandes binomios cinematográficos-musicales de la historia del cine. Esta colaboración quedó truncada tras la participación de Kazan ante el Comité de Actividades Antiamericanas del inefable senador McCarthy, al delatar la pertenencia de una serie de compañeros del Partido Comunista, delación que North no perdonó al director negándose a volver a trabajar con él, motivo por el cual no estuvo presente en la composición de La Ley del Silencio, a la que hubiera sido designado con total seguridad y que finalmente, como se ha visto, fue a parar a las manos de Leonard Bernstein, quien como se ha dicho, hizo un trabajo verdaderamente memorable. Pero no deja de ser una auténtica lástima, viendo la trayectoria posterior de Kazan, en la que North podría haber aportado auténticas joyas de la especialidad en films tan propicios a su estilo como Al Este del Edén (1955), Baby Doll (1956), o la excelsa y celebrada Esplendor en la Hierba (1961).

 

La segunda parte del concierto se decantó del lado del compositor italiano Ottorino Respighi, de quien se interpretaron, como ha quedado dicho, Fuentes de Roma y Pinos de Roma, Se trata de dos obras pertenecientes al «Ciclo Romano» del compositor, quien estrenó la primera en 1916, y la segunda en 1924, a la que cabría añadir una tercera, Feste Romane, de 1928, que no se incluyó en el programa. Ambas obras reflejan una intensidad orquestal provista de un abanico de colores musicales, a medio camino entre el impresionismo y el romanticismo descriptivo, y aunque no guardan relación con expresión cinematográfica alguna, sí han sido utilizadas en el medio (al menos, en el caso de «Pinos»), desde las vanguardias, caso del cineasta y ensayista Kenneth Anger, para su corto Fireworks (1947), a películas familiares como la mismísima Fantasía 2000 (Fantasia 2000, 1999), de Disney, en la que Pinos de Roma tiene su propio espacio como obra reconocida del gran público.

Mostra de València-Cinema del Mediterrani 2023 - Frederic Torres, Leonard Slatkin

 

Respecto al festival en sí mismo, la sección oficial volvió a reflejar la voluntad de cine realista y social de años anteriores, con una gran cantidad de películas sin música original, con alguna canción de corte diegético como mucho (Lost Country, Déserts, o la portuguesa Cidade Rabat, que consiguió la Pamera de Plata). Es cierto que había algunas propuestas interesantes, caso de A House un Jerusalem, y Animalia, que abordan complejos conflictos desde un punto de vista novedoso como el fantástico, caso de la primera con respecto a israelíes y palestinos (la película se antoja un cruce entre la japonesa The Ring (El Círculo) -Ringu, 1998-, o su remake norteamericano, The Ring (La Señal) -The Ring, 2002-, y El Mundo de Sofía, la novela del sueco Jostein Gaarder), con música de Alex Simu. O la segunda, una producción marroquí (con participación de Catar y Francia) que relata nada menos que una invasión alienígena en la zona norteafricana (y que en este caso toma como referencias a Los Pájaros -The Birds, 1963-, la famosa película de Hitchcock, y la no menos clásica La Invasión de los Ladrones de Cuerpos -Invasion of the Body Snatchers, 1956-, que dirigiera Don Siegel). En ella, su directora Sofia Alaoui, aprovecha para ahondar en las diferencias sociales, incidiendo en la situación de la mujer, con una magnífica música atmosférica de Amin Bouhafa, quien a la postre ganara el año pasado el premio a la mejor música por Entre las Higueras (Taht Alshajra, 2021), y que perfectamente podía haber repetido este año. No fue así, y el premio fue a parar a manos de Sharif Senhaoui por la película libanesa Riverbed (2022), dirigida por Bassem Breche, la cual se alzó, a la sazón, también con la Palmera de Oro, máximo galardón del festival, así como también la mejor fotografía (Nadim Saoma), en un crudo relato caracterizado sobre todo por el duelo de silencios que se establece entre una madre independiente, que vive su vida, y su díscola hija, con la que apenas se habla, y que vuelve a casa después de haberse quedado embarazada para tener allí a su hijo.

 

Artículo y fotos Frederic Torres