Vértigo – Bilbao 2020 – Resumen concierto
El jueves 20 de febrero de 2020, la Bilbao Orkestra Sinfonikoa (BOS) dirigida por Anthony Gabriele interpretó la película ‘Vértigo’ (1958, dir. Alfred Hitchcock) en concierto, con la envolvente y sublime música de Bernard Herrmann.
Asier G. Senarriaga acudió a dicho concierto, y nos ofrece este artículo especial en exclusiva para SoundTrackFest.
VÉRTIGO (DE ENTRE LOS MUERTOS)
CONCIERTO EN DIRECTO DE LA PARTITURA DE BERNARD HERRMANN
SINCRONIZADO CON EL CLÁSICO DE ALFRED HITCHCOCK
Teatro Arriaga, Bilbao, Bizkaia, teníamos una cita obligada con ‘Vértigo (De Entre Los Muertos)’, como fue titulada en su día en su estreno en España, el clásico inmortal del Alfred Hitchcock de 1958. Una de las mejores películas de la historia del cine según el American Film Institute y según la humilde opinión de quien esto suscribe, y una de las mejores composiciones no sólo de Bernard Herrmann, uno de los más grandes de la historia sin discusión posible, sino de todos los tiempos, iba a ser interpretada en directo.
Íbamos a vivir la inolvidable experiencia de sentir esa música frente al film para el que fue concebida, y de experimentarla cinematográficamente en pantalla grande, muchos por primera vez, con una copia impoluta, un sonido magnificente, una interpretación de la Orquesta Sinfónica de Bilbao (B.O.S.) excepcional, y una dirección portentosa del Maestro Anthony Gabriele. Sin duda, uno de esos instantes que, permítanme que cite a Natalie Wood en otro film eterno, “como la gloria en las flores y el esplendor en la hierba, permanecerá para siempre en nuestro recuerdo”.
Si algo hace que un concierto de este tipo, con una formación sinfónica interpretando de forma sincronizada una partitura mientras el film se proyecta, sea una misión complicada, es la cantidad de puntos que se deben cubrir de manera perfecta, con el timing impoluto, la intensidad correcta y el tempo inmaculado. No quedarse corto ni pasarse, y si eso se da, corregir sobre la marcha, porque no se puede volver a empezar y todo confluye en que el conjunto funcione.
Anthony Gabriele es un director de orquesta que domina los matices, que comprende a la orquesta y la sabe sentir, que sabe trasladar a cada instrumento e intérprete su importancia y dotarlo de confianza e integrar su aportación de forma maravillosa con el resto, sin olvidar ni un matiz, que ni un arabesco se difumine sin aportar a la sensación global. Y con la obra de Bernard Herrmann, fascinante, embriagadora, sutil, mágica, y sobre todo complicada, sumamente complicada, eso no es tarea fácil.
Sin embargo la interpretación resonó emocionante, haciéndonos entrar en la mente de John “Scottie” Ferguson, tal y como el compositor modeló, levantándonos de la butaca en su ascensión dominada por el Vértigo a la torre de la misión española, congelándonos el aliento con el beso entre Madelyne y Scottie mientras el tema central explota por primera vez en toda su gloria, con una sección de cuerda aunando poderosa, lirismo y tensión dramática en inusitado equilibrio.
Pudimos vivir la visión de una transformación, en tonos verdes, y una cámara rodeando en 360 grados a dos amantes que no están destinados a ver su felicidad eternizarse, en uno de esos círculos de los troncos de los árboles que tan metafóricamente introduce Hitchcock en la historia, hasta finalmente, angustiarnos con uno de los finales más desgarradoramente bellos, y terribles, de la historia del cine, con un sinfonismo abrumador poniendo cierre a una obra capital de la música de cine, y a un concierto excepcional, donde por momentos, Mr. Gabriele se transmuto en una figura más adusta, de mirada inquisitiva tras sus grandes gafas de intelectual de talento probado, haciéndonos sentir que fue Bernard Herrmann quien dirigió en el Arriaga, una fría tarde de febrero, del año 2020.
Y al abandonar el recinto, tras concluir el magnífico concierto, no podíamos sino sentir que aquella imagen de Hitch anunciando el evento en las pantallas y carteles, había mutado levemente su rostro, y ahora sonreía satisfecho, con una ligera mueca de alegría contenida dentro de su habitual cinismo y seriedad juguetona, habiendo logrado transmitir el Vértigo a toda su audiencia.
Artículo y fotos por Asier G. Senarriaga