MOSMA 2022 – Resumen Festival – La gran noche de Marc Shaiman
Aquí os dejamos el cuarto y último artículo resumen de la 7ª edición del festival Movie Score Malaga – MOSMA, dedicado en esta ocasión al concierto “La gran noche de Marc Shaiman”, que contó con la participación del propio Marc Shaiman al piano (y a la voz).
El artículo viene de la mano de nuestro amigo y colaborador Sergio Hardasmal, verdadero experto en la materia, y autor del primer libro dedicado a la figura de Marc Shaiman que se ha publicado en Español e Inglés.
LA GRAN NOCHE DE MARC SHAIMAN
El trabajo duro a veces da lugar a un reconocimiento más que merecido. Es de justicia que la visita de Marc Shaiman a España se cerrase con la programación de un concierto tan ambicioso como necesario. Anunciado en la oferta del festival bajo la denominación de “La gran noche de Marc Shaiman”, este evento tan especial acabó por completar el aforo del gran Teatro Cervantes de la ciudad. Había resultado algo triste que este bonito emplazamiento no hubiese colgado el cartel de las localidades agotadas en los espectáculos dedicados a Cobra Kai y a Harold Faltermeyer, algo que en durante las dos tardes anteriores había desvirtuado en cierta medida el buen resultado final de sendos conciertos. Pero la gran despedida de Shaiman cambiaría el rumbo de la taquilla, motivando una enorme cola de espectadores a tan solo unos minutos del comienzo del show.
Para el programa se había publicitado la participación de la Orquesta Sinfónica de Málaga junto al Coro Gospel It y la denominada The MOSMA Broadway Band, todo ello bajo el empeño de ofertar un muy merecido homenaje en el que se fusionase la música de cine con el mundo de los musicales. Bajo la entregada dirección de Arturo Díez Boscovich y con las voces solistas de varios de los más emergentes valores actuales del musical hispano, esta gran noche de Shaiman ciertamente sería algo más que enorme. Sería en realidad una noche mágica a la vez que emotiva y emocionante.
El arranque no pudo ser más acertado, con la proyección de un brillante montaje audiovisual pensado para resumir la completísima trayectoria artística de Shaiman. Una gran idea pensada para situar al público más profano frente a la figura de un genio del mundo del espectáculo, sinceramente no demasiado reconocido en nuestro país y claro merecedor de un mayor seguimiento popular. No me cabe duda de la sorpresa que en una amplia parte de los asistentes malagueños puedo causar este clip de video, pues a veces no se conoce realmente la autoría de ciertos logros significativos del cine, la televisión y el musical. Y es que, a pesar de su brillantez y solvencia, Shaiman no es ni Morricone ni Williams en cuanto a la posesión de ese gancho popular universal del que siempre han gozado tales mitos.
La ausencia de un programa de mano es uno de los pocos defectos que uno puede reseñar al respecto, dirigiéndose el propio Arturo Díez Boscovich al público y preguntando si se conocía de la existencia del mismo. Resulta un poco desconcertante que Boscovich no hubiese sido informado de ello, si bien de forma inmediata decidió anunciar que se irían señalando cada una de las piezas del programa. Quien ya haya asistido antes a un concierto ofrecido bajo la batuta de Boscovich (sería extraño no haberlo hecho antes viviendo en Málaga) conocerá sobradamente el estilo tan divertido y cercano del Maestro a la hora de articular sus conciertos. No estarían exentas de humor sus valoraciones sobre algunos de los filmes incluidos en el programa, ofreciendo en algunos casos una información valiosa sobre las cualidades de la música en cuestión y el porqué del tono elegido por el compositor (Misery y Stephen King o Abajo el amor y el cine de Doris Day y Rock Hudson, por ejemplo).
Con proyección de imágenes relacionadas con las piezas interpretadas y puntualizada la verdadera autoría de algunos temas ajenos y adaptados a partir de otros autores, por petición expresa de Shaiman, el concierto comenzaría con la canción “It Had to Be You”, de Cuando Harry Encontró a Sally, en su día realmente célebre debido al enorme éxito del filme de Rob Reiner y en impecable voz de Albert Bolea.
Un comienzo ligero que daría paso a una animosa y divertida suite de Cowboys de Ciudad, un filme de Ron Underwood. Esta partitura, por momentos deudora el sonido de Elmer Bernstein, entusiasmaría por su correcta ejecución y sus temas cómicos y sentimentales. La suite de Misery, por el contrario, significaría el tramo más oscuro de toda la noche, con una brillante sección de cuerda y gran dosis de suspense y tensión. La respuesta del público en ambos casos fue de enorme satisfacción, sorprendiendo el aumento considerable de los aplausos tras cada una de las piezas del programa.
El arranque de La familia Addams, con el célebre tema televisivo de Vic Mizzy, provocaría cierta reacción en el público, quedando inmediatamente claras las enormes bondades de los temas originales de Marc Shaiman, en una de sus mejores partituras, esta vez para un filme de Barry Sonnenfeld.
La irrupción en el escenario del propio Shaiman sorprendería gratamente a todos, mostrando este una gran cercanía y causando el recibimiento digno de toda una estrella. Y es que el público ya estaba claramente entregado al artista desde el comienzo.
Era el turno de “A Wink and a Smile”, de Algo para Recordar (de Nora Ephron). Tras explicar que esta canción fue su primera candidatura al Oscar y puntualizar la participación de Ramsey McLean en la letra, el propio Shaiman se atrevió a interpretarlo sentado a su flamante piano de cola. El paso del compositor por ese filme no se saldaría con un buen recuerdo respecto a la directora del mismo, pero la ovación ahora lograda en Málaga daría algo más de sentido a esa irregular experiencia profesional de hace tantos años.
La presencia del compositor sobre el escenario se prolongaría para la interpretación de una suite de El presidente y Miss Wade, una enorme composición dramática candidata al Oscar y un filme de Rob Reiner. Como en el caso del recital íntimo del jueves anterior, el propio Shaiman introduciría la pieza con un sentido mensaje de desencanto ante el actual panorama político y social en su país. Si bien la ausencia de un intérprete que tradujese sus palabras pudo despistar a parte del público en más de una ocasión, las bondades de la música harían pasar por alto este tipo de debilidades. La ovación volvería a ser enorme y Shaiman se retiraría del escenario.
Arturo Diez Boscovich presentaría acto seguido una pieza muy completa (“The Break In”) y de complicada ejecución, muy bien interpretada por la orquesta y perteneciente a la comedia El club de las primeras esposas, de Hugh Wilson, nueva candidatura al Oscar para Shaiman y una partitura ejemplar para este género tan denostado. El ritmo contagioso de la música y su sonido variado entusiasmaría a los presentes. Siguiendo con la comedia, el turno sería luego para el filme de animación South Park: Más largo, más grande y sin cortes, de Trey Parker. La canción candidata al Oscar “Blame Canada” sería ahora interpretada por María Adamuz y el coro, adaptada a nuestro idioma bajo el título “Cruel Canadá” y con una letra adecuadamente delirante. La reacción de los presentes fue de una total entrega.
Encadenando candidaturas al Oscar sería el turno de una suite conmovedora del film Patch Adams, de Tom Shadyac, siguiendo con una brillante suite para el filme Abajo el amor, de Peyton Reed. Esta extensa pieza musical sería claramente la más exigente para la orquesta, dada su enorme complejidad en cuanto a metales, ahora además vistosamente apoyada por el coro. El flamante resultado sería ideal para mantener el fervor del público en su entrega ante el tema coral “I Will Follow Him”, de Sister Act, Una monja de cuidado (Emile Ardolino). Una canción muy popular ahora genialmente interpretada por Lorena Calero y María Adamuz, brillantemente acompañas del coro en lo que sería un enorme estallido musical que hizo vibrar al público en sus butacas.
Las últimas candidaturas al Oscar cosechadas por Shaiman se debieron a El regreso de Mary Poppins, de Rob Marshall, en las categorías de partitura y canción. El coro sería parte importante de la ejecución de una sensacional suite musical perteneciente a este filme, regresando Shaiman a escena para confesar su pasión infantil por la película clásica de Robert Stevenson y por su diva Bette Midler. Cumplir sus sueños de colaborar con la cantante y de componer la música de la tardía secuela cinematográfica del personaje es algo que sería superado por contar con Midler en la gala de los Oscars interpretando su canción nominada “The Place Where Lost Things Go”. Sería un momento muy emotivo, pues Shaiman irrumpiría en un llanto inevitable al recordar a Robin Williams y al pianista y compositor Artie Kane, fallecido unos días antes. La voz afectada del propio Shaiman añadiría aún mayor emotividad al momento, siendo la canción de una belleza extrema y dando paso a un intenso y apoteósico final de concierto consistente en dos números pertenecientes al musical Hairspray.
Uno de los momentos cumbre de la carrera de Marc Shaiman fue el de la obtención del premio Tony, debido a su musical de Hairspray, posteriormente adaptado al cine y a un directo de televisión de la NBC. El concierto sinfónico de final de festival no podía terminar sin incluir alguna pieza del show. Sonia Villar y el coro se situarían al frente de “I Know Where I´ve Been”, un enorme número de importante mensaje social, introducido por el propio Marc Shaiman que, sentado al piano, haría de valioso acompañamiento a la espectacular ejecución coral y al sorprendente torrente de voz de Villar, una intérprete merecidamente ovacionada por un público más que entusiasmado.
Por si esto no fuese suficiente, la acertada elección de “You Can´t Stop the Beat”, número final de Hairspray, sería un cierre insuperable que no admitiría el añadido de “bis” alguno. La valiosa y vital intervención del coro vendría completada de la mano de las voces de Lorena Calero, Maria Adamuz, Albert Bolea, Sonia Villar y el propio Marc Shaiman, interpretando a los personajes del musical, en un verdadero festín musical perfecto como final de fiesta y que fue acompañado por las palmas al ritmo de los asistentes, en pie durante el tema y ovacionando a un elenco muy agradecido ante tan calurosa acogida.
Cada intervención de Marc Shaiman levantaría al auditorio en lo que sin lugar a dudas será una noche inolvidable para un artista premiado con el MOSMA Maestros de la mano de Antonio Banderas, claramente rendido al talento del músico, al que dedicaría unas cálidas palabras de agradecimiento.
La gran noche de Marc Shaiman puede considerarse como uno de los conciertos más trascendentales de cuantos ha ofrecido el MOSMA en sus siete años de trayectoria. La presencia de Marc Shaiman en el Festival ha sido un acierto a todas luces y será siempre recordada como uno de los hitos más notables del certamen.
Artículo por Sergio Hardasmal
Fotos por Rafa Melgar, Pedro Prados y Gorka Oteiza
