Resumen conciertos Alexandre Desplat en Barcelona
El compositor Alexandre Desplat estuvo en Barcelona a finales de diciembre, con motivo de dos conciertos que iba a dirigir en persona al frente de la OBC (Orquesta Sinfónica de Barcelona y Nacional de Catalunya) en L’Auditori.
Estos dos conciertos estuvieron precedidos los días previos de una rueda de prensa y una conferencia en la escuela de música ESMUC (Escuela Superior de Música de Catalunya), como ya se comentó en la siguiente noticia (ver noticia).
Gorka Oteiza (SoundTrackFest) acudió a ambos conciertos, y aunque ya se hizo un breve resumen del primer concierto del jueves, que fue publicado al día siguiente (concierto que resultó algo fallido para ser después mejorado el viernes), en este nuevo artículo resumen algo más extenso, se va a recoger la información de ambos conciertos pero poniendo especial énfasis en describir el segundo, y ofreciendo un apartado de resumen y conclusiones de ambos al final.
CONCIERTO 22/12/2016 - JUEVES
El artículo del concierto del Jueves 22 está disponible en el siguiente enlace (ver artículo), con lo que no se va a incidir en detalle aquí sobre el mismo, pero hay que comentar que fue un concierto correcto y disfrutable, aunque por desgracia algo frío y no dio todo lo que se esperaba de él.
Cabe indicar que el aforo de L’Auditori estaba casi completo, con algo más de 80% lleno, lo cual es destacable teniendo en cuenta que era un concierto un día laborable.
CONCIERTO 23/12/2016 - VIERNES
El viernes 23 se celebraba el segundo concierto que Alexandre Desplat daba en Barcelona, que se iba a llevar a cabo una vez más en L’Auditori y con la OBC (Orquesta Sinfónica de Barcelona y Nacional de Catalunya), pero en este caso celebrado media hora antes que el día anterior, a las 20:30h.
El programa del concierto fue el mismo, con una ligera variación en el orden de los bises:
Alexandre Desplat entró en la sala puntual y tras recibir una calurosa ovación del público que llenaba la totalidad del auditorio (hoy si se podía hablar de un 100% de ocupación), y corresponder él con una sonrisa al llegar al púlpito, se puso seguido a dirigir la orquesta sin pausa (orquesta que curiosamente, y al igual que el día anterior, tenía colocados todos los violines en primera fila, dejando los violonchelos y contrabajos para una segunda fila en la parte derecha del escenario).
El primer tema, Twilight – New Moon Love, arrancó con mucha fuerza y aunque fue breve, se pudo notar que el sonido de la orquesta era más intenso que el día anterior. Se había ganado en profundidad y se había ganado en calidad, como si hubiera un mejor entendimiento y una mejor transmisión de la música que se estaba representando.
Seguido se pasó a la primera suite de la noche, La Joven de la Perla – Suite, que era en realidad un bloque con temas elegidos de la banda sonora, tocados uno detrás de otro pero sin estar enlazados musicalmente con transiciones (o sin ser una suite expresamente creada para un concierto). Una vez más, se pudo notar un cambio sustancial con respecto al concierto del jueves, con una música más sentida y unas pausas entre temas casi imperceptibles, dando lugar a una sensación de suite muy cohesionada, entregada y fluida.
En este punto del concierto ya se podía apreciar un salto cualitativo considerable con el día anterior, no sólo por el cambio de ubicación (ya que el jueves estaba en el anfiteatro junto a un lateral y ahora en el patio de butacas, tenido una acústica algo mejor que se trasladaba en un sonido más envolvente), sino por la música que provenía de la orquesta. La orquesta sonaba a plena potencia, con un entendimiento y complicidad entre músicos y director que no se pudo apreciar el día anterior, y que se evidenciaba al terminar cada tema, cuando Alexandre Desplat agradecía a las diversas secciones solistas o destacadas cada pieza, pidiendo que se pusieran en pie para felicitarles por su interpretación.
Alexandre Desplat dirigió todo el concierto con sus manos, sin utilizar batuta, igual que el día anterior, y una vez más no se utilizó ningún tipo de ayuda audiovisual como una pantalla y proyección de imágenes o vídeos sobre la orquesta, haciendo que el público se pudiera centrar y disfrutar más de la música, que sonaba sin ningún tipo de amplificación (como es deseable en una sala de conciertos como la del L’Audtiori).
Continuando con el concierto, el siguiente bloque fue el correspondiente a Stephen Frears – Suite (Philomena y The Queen), que si bien estuvo correcto, no llegó a destacar especialmente, dando paso a una fabulosa interpretación de The Imitation Game que arrancó suave y pausada, para ir transicionando a su tema principal y coger fuerza e intensidad, donde la sección de metales aportó especialmente al conjunto.
Tras un gran aplauso del público ante el que fue uno de los mejores temas de la noche, se pasó a Ghost Writer – Suite, que tuvo tres bloques claramente diferenciados con unas breves pausas entre los mismos, representando una historia en sí mismos en forma de “presentación-nudo-desenlace” musical, y que funcionaron y fluyeron muy bien, pero que tuvieron una interpretación algo superior el día anterior.
Y así llegamos al final de la primera parte con El Gran Hotel Budapest, que una vez más no conseguía transmitir la diversión, jocosidad, parodia y broma musical que representa la historia ni la música ganadora del óscar, dando lugar a una versión orquestal diluida de la misma, que aunque sonó correctamente, sólo se puede calificar de estar deslavada. Quizás unas mejores orquestaciones o el refuerzo de la orquesta con algún instrumento adicional hubieran suplido esta carencia sonora que se apreció en el tema.
Tras el intermedio, y habiendo tenido una primera parte de concierto estupenda y de muy buena calidad, dio comienzo la segunda parte con Godzilla – Selección, que aunque fue breve, arrancó con fuerza y tuvo un buen uso del tambor taiko para trasmitir la tensión que requería la pieza.
Seguido se dio paso a El Discurso del Rey – Suite, que comenzó con el piano marcando el ritmo y el tono del tema, y que tuvo una ejecución y un sonido delicioso, recibiendo un buen aplauso del público al finalizar.
Alexandre Desplat es un músico cuyo instrumento es la flauta, y buena prueba de ello es la utilización que hace de la misma en muchas de sus obras, así como la siguiente pieza que se interpretó; Pélleas et Mélisandre para Flauta y Orquesta, donde el flautista solista, colocado en primera fila junto al director, sorprendió por su virtuosa interpretación y por unas curiosas notas aspiradas con las que comenzaba el tema. Gran aplauso del público y una felicitación muy sentida del director al flautista al finalizar la obra.
Comenzó a sonar la siguiente pieza, Birth – Suite Orquestal, y cuando llevaba unos segundos, el director hizo parar a la orquesta para volver a empezar nuevamente desde el principio. Un detalle que dejó al público un poco descolocado, pero que fue tan breve y rápido, que casi no interfirió en la interpretación del tema, que fue correcta pero no transmitió demasiado.
Después llegó el momento de El Curioso Caso de Benjamin Button – Suite, donde el piano jugaba un papel importante con el apoyo de la orquesta, y que fue otro de los temas fuertes de la segunda parte, para dar luego paso a la suite de Harry Potter y las Reliquias de la Muerte, la cual se componía de multitud de bloques (más de 7 si no conté mal). Aunque la “suite” tuvo una interpretación muy buena que por momentos llegaba a despegar, los cortes bruscos entre temas, que a veces eran muy diferentes entre sí y que pasaban de un momento álgido final a un nuevo arranque suave con el siguiente bloque, cortaban bruscamente el desarrollo musical de la suite, y dejaban una sensación de vuelta a empezar muy extraña, no consiguiendo meter al público completamente en la pieza.
Habiendo terminado así el programa oficial del concierto, y tras una buena ronda de aplausos, Alexandre Desplat se dirigió por segunda vez en la noche al público en inglés y sin micrófono, de viva voz (que casi no se llegaba a oír), para anunciar el primer bis: Coco Chanel. Una vez finalizado el tema, y tras una nueva ronda de aplausos de un público agradecido y entregado, el director volvió a salir a escena para interpretar el segundo y último bis Un Heros Très Discret, ambos muy correctos pero que no aportaron demasiado.
Antes de abandonar la sala y mientras seguían los aplausos, Alexandre Desplat, tuvo un gesto divertido y cómplice hacia el público, sacando una panorámica del auditorio desde el púlpito con su móvil, para después abandonar la sala tras despedirse y felicitar la navidad en catalán.
Así finalizó un concierto que claramente superaba en calidad al del día anterior, y que si bien tuvo su plato fuerte en la primera parte, se desinfló ligeramente en la segunda parte.
A la salida del auditorio, y en la puerta de artistas, la gente se congregó para esperar la llegada de Alexandre Desplat, que no se hizo de rogar demasiado, y atendió con paciencia y una sonrisa a todo el mundo que quiso una firma o una foto con él.
EN RESUMEN
Había mucha expectación para los dos conciertos que Alexandre Desplat iba a dar en Barcelona, los últimos grandes conciertos de música de cine del 2016 en España, con el permiso del concierto de James Newton Howard en Bilbao dentro del ciclo Bilbao Puerto de Arte a principios de diciembre.
La afluencia a ambos conciertos de Alexandre Desplat en Barcelona fue muy elevada, con un lleno completo el viernes 23 y algo menor el jueves 22, pero sin embargo, como se ha podido ver a lo largo de este artículo, la diferencia de calidad entre ambos conciertos fue notable.
Si bien el concierto del jueves fue correcto, pecó de falta de sintonía entre compositor y orquesta, resultó algo frío, y las suites se veían bastante desconectadas, con pausas muy elevadas entre los temas de las mismas (de hecho, no eran suites preparadas ex-profeso sino temas elegidos que eran tocados uno detrás de otro).
En el concierto del viernes sin embargo, hubo un cambio significativo que se pudo apreciar desde el principio, ya que todo fluyó con mayor facilidad, y la complicidad entre compositor y orquesta hizo acto de presencia, proporcionando un mayor energía musical que se pudo notar con la primera suite, donde las transiciones eran casi imperceptibles y el sonido llegaba con mayor intensidad.
Habiendo estado en ambos conciertos, podía dar la sensación de que el viernes se había continuado ensayando para pulir los problemas del día anterior, pero eso no fue así, con lo que está claro que el cambio que sucedió fue debido a otros motivos. Más bien parece que lo ocurrido fue un cambio de actitud por parte del director, que propició un mayor entendimiento con la orquesta, lo que permitió sacar todo el jugo a la misma. Así, la orquesta totalmente entregada y cómplice con el director, pudo entender y transmitir mejor su música, y eso se plasmó claramente en la interpretación.
Hay que destacar que Alexandre Desplat es una persona acostumbrada a dirigir orquestas en sesiones de grabación, orquestas que por lo general lo conocen bien, tanto en sus gestos al dirigir como en su estilo musical, pero que no está acostumbrado a dirigir conciertos de música de cine con orquestas nuevas y desconocidas. Por ello, ponerse al frente de una orquesta que no conoce como la OBC, aunque esta sea muy profesional, requiere un período de ajuste y de entendimiento, tanto musical como personal, que tardó en llegar hasta el viernes.
Esto no quiere decir que el concierto del jueves no fuera un buen concierto. Fue un concierto correcto, lo cual viniendo de un gran compositor (que no director), y de una gran orquesta, no resulta del todo aceptable. El concierto del viernes sin embargo, cumplió con las expectativas con muy buena nota, y aunque tuvo una primera parte excelente, flojeó ligeramente en el segundo acto.
Así, el público quedó encantado con el paso de Alexandre Desplat por Barcelona, y no es para menos, ambos conciertos fueron disfrutables y de calidad, aunque uno lo fuera bastante más que el otro.